Ya pasaron los premios Goya, una gala aburrida y machista donde las haya y eso que se publicitaba como ‘los Goya feministas’. Nada más lejos de la realidad lo que pudimos ver esa noche. En principio, porque dudo mucho que una gala de estas características se pueda denominar como «feminista», podemos decir que fue más o menos reivindicativa, pero feminista me cuesta verlo.
Las mujeres y los hombres desfilaron con sus mejores galas, ellas vestidas de diseño, ellos de smoking o vestimentas similares. Pero de lo que se habla y mucho es de cómo visten las mujeres en estos eventos y se analiza hasta el más mínimo detalle, lo que no sucede con los hombres, ellos parece que van a trabajar de smoking todos los días. Pero está claro que dedican tiempo y dinero a decidir que ponerse. La diferencia es que de ellos no se habla. Primera discriminación.
El evento fue presentado por dos hombres, ninguna novedad, es lo que habitualmente sucede, pero que fueran mal hablados fue pasarse de la raya, que utilizaran un ‘lenguaje coloquial’ machista y pretendieran hacer concesiones a la galería con alguna sandez pretendidamente feminista, no tiene justificación. Llama la atención, o no…, la insistencia de los hombres hablando de sus genitales para hacerse los simpáticos, cuando en realidad se les ve como niños grandes llamando la atención. Segunda discriminación.
La ausencia de mujeres protagonistas durante la gala fue más que evidente. Los datos se pueden leer en cualquier artículo de los muchos que se han escrito sobre la entrega de premios, lo que si vimos fue a mujeres que entregaban premios, pocas los recibieron; normal si no estaban nominadas, se puede alegar, además es lógico que sean menos las nominadas puesto que ellas tienen menos posibilidades de dirigir, producir, escribir guiones, etc. No podía ser de otra manera. Vamos por la tercera discriminación.
La gala de los Goya 2018 estaba precedida por la compaña #MÁSMUJERES promovida por la asociación CIMA, Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales.
#MASMUJERES en guion y dirección, desde donde surgen las historias que luchan contra los estereotipos.
#MASMUJERES en los cargos de responsabilidad, equilibrando la estructura de nuestro cine. #MASMUJERES jefas de equipo en los puestos técnicos que rompan definitivamente con el cliché de la especialización.
#MASMUJERES que aporten la necesaria mirada femenina al mundo que compartimos.
Se vieron abanicos rojos, símbolo de la campaña, y discursos apoyando la reivindicación. A destacar el de Pepa Charro, la Terremoto de Alcorcón que, con datos, denunció la realidad del cine español. Es decir, la invisibilidad de las mujeres en las tareas que se consideran ‘cosa de hombres’. Para ellas quedan las tareas ‘propias de su sexo’. Leticia Dolera dijo: «Nosotras somos la mitad del mundo» y respondió Paula Ortíz: «Y la mitad de la imaginación». Ellas entregaron el premio a Carla Simón por su estupenda película ‘Verano de 1993’. Las tres celebraron el premio.
La vicepresidenta de la Academia, Nora Navas, recordó a la presidenta, Yvonne Blake, que estaba hospitalizada, con estas palabras: “La mayoría de la gente recuerda un premio Oscar cuando lo gana un actor. Pero muy pocos conocen el que ganó Yvonne Blake por vestir a los personajes que tanto nos emocionaron».
Dijo también “Porque derrotando la superioridad de género derrotaremos el monstruo de la violencia contra las mujeres. Y debemos lograrlo todos juntos. Todas, juntas”. “Desde hoy y para siempre la Academia de Cine va a ser una referencia en términos de igualdad, respeto y oportunidad. Queremos transmitir a esos y esas adolescentes que hoy van al cine y sueñan con dedicarse a este oficio que no hay límites. Y que no basta con ponerse delante de una cámara. Que también necesitamos directoras, montadoras, guionistas, sonidistas, directoras de fotografía, scripts, compositoras… en igualdad de número que los hombres”. Esperemos que sea cierto.
Hay que decir que se hicieron críticas a la campaña dentro y fuera de la alfombra roja, mejor no mencionarlas, porque casi todas fueron hechas por hombres y suena a que buscaban protagonismo, o sea, que la mejor manera de chafarles es ignorar sus palabras.
Hubo mujeres que no mencionaron la campaña durante su intervención en la gala, no sabemos sus motivos, por ello no entiendo que se haya criticado su decisión, por hombres claro. Cada persona decide el momento y el lugar de hacer pública su postura, puede ser durante la gala o puede decidir otro espacio y lugar. No pronunciarse en ese momento puede deberse a mil razones. Por ello criticar lo que hacen las mujeres, culpabilizarlas por su actitud, supone una vez más, marcar las pautas que las mujeres deben seguir, decir qué deben hacer, en qué momento hacerlo y, ya puestos, hasta pueden dictar su discurso.
Finalizo felicitando a Isabel Coixet, que una vez más recibió el premio a la mejor directora por su película «La librería», que también recibió el premio a la mejor película y al mejor guión adaptado. Una buena película.