Las noticias sobre la explotación de mujeres son tan cotidianas que terminan viéndose como algo normal. Para que sean noticia tienen que darse situaciones un poco diferentes, es decir, que los contextos sean extremos y sirvan de detonante. Algunos ejemplos.
Un empresario organiza orgías para políticos a cambio de favores. Fiestas con prostitutas, drogas y alcohol en la que los asistentes no pagaban nada. Agentes de la policía también tenían sexo gratis. Algunas de las mujeres que eran obligadas a mantener relaciones sexuales eran menores.
Unos futbolistas han sido acusados de participar en “fiestas” donde las mujeres eran humilladas por grupos de hombres. Eran prostitutas, es la justificación que se esgrime para defender que unos hombres jóvenes, sobrados de dinero, vayan en grupo a burdeles a someter y humillar a mujeres a quienes contrataban por medio de un conocido traficante y proxeneta. No importa que sean menores, todo vale para demostrar su virilidad. Lo que más preocupaba al mundo del fútbol era que no rindieran en el campo, lo que hubieran hecho era cosa suya.
¿Nos extrañamos luego de que se siga agrediendo a mujeres, que se las trate como objetos?
Un cura confiesa que abusó y violó a una niña, una monaguilla, durante años. “Le deseo lo mejor a esta señora y a su familia, nunca he tenido rabia de ningún tipo, les deseo desde ahora y para siempre lo mejor”, ha declarado el ex-sacerdote. Yo ya estoy más tranquila.
Un padre abusaba de su hija de 9 años. Es duro leer que para evitar conflictos, la madre tenía prohibido ir al colegio los días en los que el padre debía recogerla. La niña lloraba delante de la policía porque no quería irse con él. En una visita a pediatría con escozores de orina la niña había declarado que le pasaba “desde que papá me arañó con la uña”. ¿Cómo se puede archivar un caso con estos antecedentes? El progenitor declaró a la policía “prefiero verla muerta a no verla porque esto ya es insoportable”. Tiene que ser la niña quien grabe al hombre admitiendo los abusos para que se actúe.
Casos de abusos a menores por parte de familiares son más comunes de lo que queremos ver. Pero claro, las cosas escabrosas se dirimen en la familia. El lema “lo personal es político”, deberíamos tenerlo siempre presente.
En las fiestas de San Fermín cinco jóvenes han sido detenidos por una agresión sexual. La vigilancia este año no ha impedido que de nuevo las mujeres vean mermada su libertad porque ellos consideran que el espacio público es suyo. Ya se justificará la agresión diciendo que habían bebido mucho o que habían ingerido drogas. No obstante, es importante señalar que este año sí se ha tomado en serio poner fin a los abusos que eran cotidianos otros años.

Pero cuando escribo este artículo, leo que ha habido otras cuatro detenciones, tres por acoso y una por lesiones. ¿Cómo es posible que las agresiones machistas no cesen?
Un cantante se permitió insultar a la Vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, llamándola descerebrada, inculta, mal nacida, alemana. No es la primera vez que el sujeto en cuestión insulta, pero él considera que fue un “desahogo personal”, ha pedido disculpas y “pelillos a la mar”, hasta la siguiente.
Son sólo algunos ejemplos de los abusos y violaciones que sufren las mujeres, ya sea porque los hombres están en una posición de poder, caso del cura, o porque al ser sus esposas o hijas, los hombres siguen considerando que son meros objetos para su disfrute, son su propiedad.
No podemos olvidar los asesinatos machistas que no cesan. “La constante agresión a mujeres por parte de sus parejas o exparejas, es algo tan cotidiano que se ha normalizado. Casi a diario leemos en la prensa que una mujer ha sido asesinada, que ha sufrido acoso o ha sido golpeada sin que la sociedad se conmueva”. ¿Cómo es posible que durante la última campaña electoral varias mujeres hayan sido asesinadas y, salvo alguna excepción, los partidos políticos hayan seguido su campaña como si nada?
Hoy mismo una mujer ha sido asesinada y otra está en estado grave tras ser apuñalada por su expareja. ¿Para cuándo un compromiso de los partidos políticos contra esta masacre de mujeres?
No podemos, pues, extrañarnos de que las jóvenes vean normal que sus novios las controlen el móvil, la ropa que se ponen o con quien salen. El “amor” lo justifica todo y va creando un tipo de relaciones de sometimiento que tiene graves consecuencias. Mientras la sociedad tolere que una sola mujer sea agredida, sea maltratada, la violencia machista no cesará.
Los medios de comunicación tienen una importante tarea a la hora de informar sobre los asesinatos o las agresiones machistas. Con demasiada frecuencia banalizan la información, dan informaciones equívocas que, a veces, ponen a las víctimas como responsables de haber sido violadas, agredidas, mientras que a los agresores se les presenta como “hombres normales” que estaban pasando una crisis, estaban bebidos, etc. No nos equivoquemos, la violencia machista es el más claro ejemplo de que la sociedad aún ve con cierta normalidad que “el hombre” domine a la mujer.
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