La creación del Ministerio de Igualdad en 2008 fue una medida primordial, pues implicaba poner en primer plano la necesidad de implantar políticas de igualdad. Estuvo presidido por Bibiana Aído. Joven, mujer, ministra…, tres cuestiones por las que fue criticada desde su nombramiento. Como señala Nuria Varela (Cansadas, 2017), «Si aún no habíamos hecho nada, no había gestión, ni siquiera habíamos presentado en el Congreso las líneas de trabajo ni los objetivos de la legislatura, ¿a qué venía tanta crítica? ¿En qué se sustentaba?».
La aprobación de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, fue un hito en muchos aspectos, entre ellos el aumento del permiso de paternidad, que pasó a ser de dos semanas. La Ley 9/2009, de 6 de octubre amplía para 2011 el permiso de paternidad a cuatro semanas. Esta medida se fue retrasando y no entró en vigor hasta enero de 2017. Los hombres en su mayoría han disfrutado de dicho permiso (en torno al 93%, según la SS).
La Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles, PPiiNA, fue creada en 2007 y su objetivo es que los permisos de maternidad/paternidad sean iguales, intransferibles y pagados al 100%. Tiene elaborada una Proposición de Ley que ha presentada a los grupos parlamentarios para que sea debatida en el pleno.
Por qué era necesaria la Ley de Igualdad y por qué es necesaria la reivindicación de la PPiiNA
A pesar de los profundos cambios que se habían producido en España en las últimas décadas del pasado siglo, los roles de género seguían muy presentes en la sociedad en 2007, siendo el rol de cuidadoras el que más influía en el acceso, permanencia y promoción en el trabajo remunerado. Las mujeres se ausentan del puesto de trabajo cuando sus criaturas enferman, son ellas las que reducen su jornada o solicitan excedencias para cuidar de sus hijas/os, lo que tiene importantes consecuencias para las mujeres.
La Ley de Igualdad se presentó como una vida de solución, pero a día de hoy no ha tenido los resultados previstos. Poco ha cambiado la situación desde 2007. Son las mujeres las que trabajan mayoritariamente a tiempo parcial y lo hacen principalmente para cuidar de hijas e hijos, sufren discriminación en el salario (brecha salarial), en la promoción (techo de cristal) y en todo lo relativo al empleo.
Como vemos en los gráficos, el trabajo a tiempo parcial es ‘cosa de mujeres’ y la razón de optar por reducir la jornada laboral es el cuidado de hijas e hijos menores de 14.
La brecha salarial de género se mantiene a lo largo de los años y no tiene trazas de desaparecer. Como vemos en el gráfico, la brecha salarial de género se sitúa en el 14,9% si tomamos como referencia el salario/hora. Pero es mucho más elevada si tomamos como referencia el salario bruto anual, 35.7%.
Esta diferencia se debe a que se analizan factores como: los complementos salariales, el trabajo a tiempo parcial, la segregación vertical y horizontal, las menores tasas de empleo y actividad o los trabajos feminizados.
Aún queda mucho camino por recorrer, las mujeres se han incorporado masivamente al empleo pero los hombres no lo han hecho en la misma medida en el cuidado familiar. Ser madre era y sigue siendo un hándicap para las mujeres. Por ello la PPiiNA sigue reivindicando que los permisos de maternidad/paternidad sean iguales, intransferibles y pagados al 100%, porque esta medida tendrá una influencia decisiva en la eliminación de la desigualdad de género[i].