Feeds:
Entradas
Comentarios

Posts Tagged ‘Mujeres cuidadoras’

María Herrera Magdaleno es una mujer mexicana que ha venido a España para participar en la Caravana Abriendo Fronteras 2023. María desde hace 15 años busca a sus hijos, Raúl, Jesús, Gustavo y Luis Armando, desapercibidos en 2008 y 2010.

Desde entonces no ha cesado en su búsqueda y su incansable actividad le ha valido el reconocimiento de la revista «TIMES» como persona influyente de 2023. Considera que al buscar a sus hijos ha visibilizado a las miles de familias que buscan a sus personas queridas, desaparecidas en México.

Tuve el privilegio de conocerla por mediación de Mamen, una compañera de Feministas Usera. El encuentro tuvo lugar en Entrepatios, cooperativa ecosocial de vivienda en derecho de uso, situada en el distrito de Usera.

María, durante más de dos horas, narró sus esfuerzos para encontrar a sus hijos. Los impedimentos que las autoridades le pusieron no hicieron mella en ella y ha logrado cosas increíbles. “No he hecho nada sola, somos muchas las madres que vivimos esta pesadilla”. Sabe que sus hijos han sido victimas del crimen organizado y de cargos gubernamentales. María no se engaña. Tiene el nombre de los responsables, sabe el cargo que ocupan. Ha demandado al estado mexicano por no investigar la desaparición de sus hijos.

Ella sabe que sus hijos no están vivos, aunque siga guardando en el armario sus ropas, por si un día regresan. No permite que nadie toque nada «son una reliquia». «Nos pasa a todas» dice. En su relato lo personal y lo político se mezclan. Siempre señala que lo que ella cuenta les pasa a otras madres.

No grabé la entrevista, no tomé notas, escribo las palabras que recuerdo, que me impactaron. Ni siquiera las frases entrecomilladas deben tomarse con literalidad, espero que sí reflejen lo que María comunicó.

Habla de lo que significa perder a un hijo. «Cuándo se muere el marido eres viuda, si se muere la madre o el padre, eres huérfana, pero ¿Cómo te llaman cuando muere un hijo? No hay nombre, no es posible dar nombre a algo así”. Recordemos que ella ha perdido a cuatro.

Durante estos 15 años ella y otras madres han creado la Red de Enlaces Nacionales que coordina organizaciones que buscan a los desaparecidos en diferentes estados. No disponen de infraestructuras ni de medios económicos, ahora están organizando un encuentro nacional pero se ven en la necesidad de limitar la asistencia por falta de recursos.

Esta red ha entrado en contacto con las instituciones para exigir que sigan buscando; con la iglesia, pidiendo que además de oraciones se necesitan acciones; con las universidades, pidiendo que les den cursos para aprender a buscar. Han logrado que antropólogas/os se impliquen, que les guíen en la búsqueda y en las identificaciones.  

Se desplazan de un estado a otro hasta llegar a las zonas donde creer que sus hijos desaparecieron. Sus móviles les situaban allí o fueron vistos por alguna persona. Han comenzado a excavar. Todo su trabajo se hace en situación de precariedad. Hay que llevar los picos, las palas, los guantes para no contaminar, la comida para mantenerse. Tienen poco tiempo porque cada vez les limitan más, carecen de medios económicos y materiales para una labor de esa envergadura.

Han encontrado restos, a veces han sido identificados por profesionales. Podemos imaginar el dolor de ser sus propias madres quienes excavan. Pensemos en la confusión de sentimientos, en la mezcla de temor y de esperanza, cuando se encuentran restos humanos. Temor de confirmar que corresponden a su hijo, al tiempo esperanza de encontrarlos, de darles sepultura. El duelo para ellas no tiene fin, no importa los años que pasen. El dolor de una es el dolor de todas.

María relata con entereza, aunque a veces sus ojos brillan. Quienes la escuchamos pensamos de dónde saca las fuerzas para seguir hablando. Impresiona cuando dice que ella sabe quien hizo desaparece a sus hijos, que está dispuesta a perdonar, que sólo quiere saber donde están, recuperarlos.

Las ideas se mezclan en su hablar sereno pero intenso. Comenta que se ha sorprendido al ver las cosas que pasan en España. No podía creer que aquí hubiera tanta corrupción, la situaciones que viven las personas migrantes. No podía imaginarse que aquí sucedieran hechos como los ocurridos en la valla de Melilla el año pasado.

Hacer que la voz de María se oiga es dar voz a todas y cada una de las personas que buscan a sus seres queridos.

Finalizo con este vídeo con el que se sienten identificadas ella y otras madres y que cantan cuando van caminando hacia las fronteras, los caminos donde creen que están sus hijos.

Read Full Post »

Aquí no hay viejos

solo nos llegó la tarde

Somos seres llenos de saber

graduados en la escuela

de la vida y en el tiempo

que nos dio postgrado.

Mario Benedetti

El libro de Anna Freixas, Yo vieja (Capitán Swing), ha puesto sobre la mesa un debate que me interesa mucho. Para una mujer decir «soy vieja» supone enfrentar un estigma. La edad, como cualquier otro concepto, tiene una lectura diferente si hablamos de una mujer o de un hombre. Una mujer cuando pasa cierta edad es vista por la sociedad como vieja, mientras que a un hombre de la misma edad se le considera maduro.

Hace unos días al entrar en un centro comercial, una mujer (la llamaremos Luisa) salía con un carro de la compra enorme y varias bolsas y me dijo que no entrara, que ella se lo llevaba todo. Le contesté que eso parecía por lo cargada que iba. Comentó que su hija solía hacerla la compra, pero que al día siguiente era su cumpleaños y quería comprar ella. Seguimos hablando y contó que se había separado hace tres años, lo había pasado muy mal, pero ahora estaba muy contenta, si hubiera seguido con él estaría en el cementerio. ¿Sabes cuantos años tengo? preguntó y, sin esperar respuesta, dijo que cumplía 77 años. Imagínate el valor que le tuve que echar para separarme a esta edad. Su hija le dice que ha sido muy valiente y le apoya en todo.

Me sorprendí cuando me dijo su edad, pues no aparentaba esos años. Luego reflexioné sobre el aspecto que debería tener una mujer para aparentar 77 años. Tenemos interiorizada la idea de que una mujer mayor es vieja y la relacionamos con determinados estereotipos, tanto en la forma de vestir como de comportarse, por eso Luisa no me parecía vieja, sino una mujer mayor.  

Decía en un artículo Beatriz Gimeno, que nos cuesta reconocernos como viejas porque no nos reconocemos en ninguno de los estereotipos asociados tradicionalmente a la vejez de las mujeres. Habla Gimeno de la generación nacida en los años 60, yo me sitúo en la de los 50 y no me identifico con el concepto de vieja, prefiero decir como Benedetti aquí no hay viejas, solo que llegó la tarde, una tarde cargada de experiencia para dar consejos. No obstante, ser mayor tiene innegables connotaciones en el día a día, pero hay que revisar, reformular el concepto de vejez, eliminar las connotaciones negativas que, sobre todo para las mujeres, supone llegar a determinada edad.

Dice Anna Freixas que debemos convertir la edad en una cuestión política, dar una respuesta sistémica de diversidad. Cumplir años conlleva un cambio físico que no necesariamente implica que se tenga que ver a una persona, a una mujer, como vieja. Dice que, a pesar de los logros del feminismo, ser una mujer mayor en nuestra cultura, nos sitúa en la orilla incorrecta de la estética corporal. El cuerpo envejecido es el mayor espacio de exclusión social que nuestra sociedad nos hace experimentar.

Luisa, al despedirnos, me dio las gracias por escucharla, porque ahora que vive sola no tenía con quien hablar y busca con quien charlar. Tenía ganas de conversar, pero al mismo tiempo se declaraba feliz del momento que estaba viviendo, con lo mal que lo había pasado. Yo me preguntaba, después de charlar con ella, qué sociedad estamos creando que aísla a las personas. Las mujeres, por el rol de cuidadoras que la sociedad carga sobre nuestras espaldas,  estamos acostumbradas a ofrecer ayuda a nuestro entorno, pero nos cuestas pedir y recibir y es algo que debemos aprender.

La soledad es otro problema que se acrecienta con la edad, es importante tener a quien contar nuestras penas o alegrías. La pandemia que hemos sufrido y que nos tuvo confinadas/os en casa, a la vez que evidenció la falta de políticas públicas para hacer frente a las personas mayores, puso de manifiesto las situaciones dramáticas que muchas personas mayores han vivido, también hizo posible la solidaridad vecinal, intergeneracional.

Me gustó charlar con Luisa, me pareció que no sólo había sido valiente separándose, aprendiendo a vivir de una forma diferente, me gustó que buscará con quien hablar en la calle, tenía necesidad de contar que era su cumpleaños, que se encontraba muy bien y que era feliz, ¿por qué no comunicarlo?

Read Full Post »

Escribí este articulo en 2013 para le revista Fanzine Imposible 7. Lo recupero hoy porque al entrar en vigor los permisos de paternidad iguales e intransferibles, se ha abierto el debate en las redes sociales sobre si es una medida que favorece a las mujeres o no.

La situación de las mujeres, con respecto a la maternidad y los cuidados, poco ha cambiado en estos nueve años y mi opinión sigue siendo la misma. Los cuidados deben ser compartidos por los hombres, y las administraciones deben implicarse con políticas públicas que favorezcan la corresponsabilidad. Queda mucho por hacer y así lo señalaba en este artículo.

Cuidar y conciliar sí, pero…. las mujeres

Introducción

Mucho se habla de la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, pero en general se potencian medidas para facilitar que las mujeres, las madres sean las que asuman el cuidado de hijas e hijos o de personas dependientes; los hombres, los padres se quedan al margen. Cuidar de la familia ha sido tradicionalmente un trabajo realizado por las mujeres y a pesar de los grandes cambios que se han experimentado, cuidar sigue siendo «cosa de mujeres».

Se teoriza continuamente sobre la importancia de los cuidados, que si debe valorarse más, que cuidar es una tarea gratificante, que si cuidar a mayores, dependientes y bebés debe considerarse prioritario, en fin, que se debate mucho pero a la hora de la verdad poco se hace para solventar un problema cada día más acuciante.

A menudo se sigue justificando que sean las mujeres las que abandonen el trabajo remunerado de manera temporal o reduzcan la jornada laboral para hacerse cargo de las personas de la familia que necesitan cuidados, pero no se tiene en cuenta las consecuencias que acarrea a las mujeres. Como es evidente la situación es diferente si se trata de cuidar de una criatura recién nacida o de dependientes.

Maternidad/paternidad

La idea de que las mujeres, es decir, las madres, están mejor preparadas para cuidar es una explicación que no se sostiene, es un argumento esencialista. Esgrimir el instinto maternal no deja de ser una manera de naturalizar una situación que de hecho perjudica seriamente a las mujeres. Porque, ¿qué sucede con las mujeres que no son madres o las que deciden no cuidar?, ¿son menos mujeres? En alguna ocasión conocidos políticos han defendido esta idea, que es tan obsoleta y falta de fundamento que no merece la pena perder tiempo en desmontarla.

Esta pretendida defensa de la maternidad, de los derechos de las madres a cuidar de sus criaturas esconde otra realidad: la maternidad discrimina. Las madres, cuando nace una criatura, se ausentan del trabajo remunerado 16 semanas, tiempo legal de permiso de maternidad. El padre, por el contrario, solamente dispone de 2 semanas.

Esta diferencia en el permiso por nacimiento o adopción de madres y padres es la primera contradicción por razón de género que encontramos y que no tiene justificación legal. Se esgrime que es para que la madre se reponga del parto. Esto es cierto para las 6 primeras semanas, por eso son obligatorias, mientras las diez restantes puede cedérselas al padre porque son para el cuidado de la criatura recién nacida. ¿Por qué entonces los padres disponen solamente de dos semanas? Si se trata de que las niñas/os necesitan atención a tiempo completo durante un determinado periodo, ¿por qué no se facilita que los padres puedan cuidar?

Los permisos de maternidad y paternidad deben ser iguales, intransferibles y pagados al 100% para avanzar en igualdad y para eliminar la discriminación que sufren las mujeres al ser madres o por el simple hecho de que puedan serlo, es lo que se llama discriminación estadística.

Esta propuesta de permisos iguales e intransferibles y pagados al 100% es defendida por la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles por Nacimiento o Adopción, PPiiNA. En la Proposición de Ley que dicha Plataforma ha elaborado y que se registró en el congreso en el 2012, se hace especial hincapié en que estos permisos deben ser para todas las parejas, ya que tiene en cuenta que la realidad social ha cambiado y que las parejas del mismo sexo deben tener los mismos derechos cuando tienen descendencia.

El Congreso de los Diputados ha admitido en diferentes ocasiones que esta diferencia en los permisos para madres y padres es una «disfunción en la legislación actual» y ha instado al Gobierno a que iguale los permisos de maternidad y paternidad. En la subcomisión de Igualdad del Congreso se admitió también la necesidad de igualar los permisos. ¿Por qué entonces no se amplía el permiso de paternidad? ¿Qué resistencias existen? Aunque se busquen justificaciones la realidad es que el patriarcado se resiste a permitir que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres. Defender la igualdad entre mujeres y hombres de manera teórica es fácil, es «políticamente correcto«, pero cuando se trata de actuar, la cosa cambia, comienzan las justificaciones.

«Cuando la situación económica lo permita«, es la argumentación para no ampliar el permiso de paternidad y que madres y padres no dispongan del mismo tiempo para cuidar, pero es evidente que esto no es más que una coartada para justificar que las mujeres dediquen un tiempo al trabajo remunerado, pero sin abandonar sus funciones de madres, esposas, etc.

Los datos no dejan lugar a dudas, sólo un reducido número de padres, 6,67%, piden excedencia para cuidar. De las mujeres que trabajan a tiempo parcial el 95,33% lo hacen para cuidar de hijas/os y otros familiares, el porcentaje de hombres es del 12,20%.

Vemos pues que ser madres o ser padres tiene consecuencias muy diferentes en lo que al empleo se refiere. Salarios más bajos, problemas para acceder a puestos de alta dirección, «techo de cristal», son algunos de ellos.

 Dependencia

Los cambios socioculturales que se han producido, entre los que hay que destacar la masiva incorporación de las mujeres al trabajo remunerado, unido a que la esperanza de vida es cada vez mayor, ha supuesto que el cuidado de personas mayores sea un problema. La Ley de Dependencia vino a dar respuesta a esta situación y a resolver la demanda de cuidados profesionales para las personas dependientes, pero tras diez años de aplicación, está muy lejos de cumplir las expectativas que provocó.

Analizada con perspectiva de género, la Ley de Dependencia presentaba algunos puntos cuestionables. Veamos:

Artículo 14.4: «El beneficiario podrá, excepcionalmente, recibir una prestación económica para ser atendido por cuidadores no profesionales, siempre que se den condiciones adecuadas de convivencia y de habitabilidad de la vivienda y así lo establezca su Programa Individual de Atención».

Artículo 18.1 «Excepcionalmente, cuando el beneficiario esté siendo atendido por su entorno familiar, y se reúnan las condiciones establecidas en el artículo 14.4, se reconocerá una prestación económica para cuidados familiares».

Aquí vamos a hablar de «cuidadoras familiares o informales«, dado que la mayoría de personas que cuidan a dependientes en el entorno familiar y que se acogen a esta medida son mujeres, cerca del 90%. El lenguaje sí importa.

La Ley establecía que las cuidadoras familiares o no profesionales, además de la aportación económica que se estable en función del grado de dependencia de la persona a cuidar, serían dadas de alta en la Seguridad Social, pero esta norma se suprimió con la reforma del 2012, que además de reducir en un 15% las prestaciones económicas para cuidados en el entorno familiar, establece que la Seguridad Social corra a cargo de la cuidadora y también aumenta el copago.

Para hacernos una idea de las implicaciones de estos cambios debemos tener en cuenta que las aportaciones a las cuidadoras no profesionales no llega de media a los 250 € mensuales, y siempre en función del grado de dependencia de la persona a atender. Esta prestación, que se ha dado en llamar «la paguita», vista con enfoque de género, se vio desde el principio como una trampa para las mujeres.

Tengamos en cuenta que el hecho de que una hija dedique parte de su tiempo a cuidar de su madre o de su padre se ve como lo normal, «es lo que tiene que hacer»; si ahora pagan por hacerlo… ¿Cómo va a quejarse? No importa que lo que reciba por esta tarea sea una cantidad mínima, “está cobrando”, los hombres de la familia ya pueden despreocuparse. Además, ¿Qué sucede cuando la persona a quien cuida fallece? En muchos casos abandonaron el trabajo remunerado y su reinserción es difícil, bien por edad o por falta de formación.

La Ley de Dependencia contempla también que los cuidados a personas dependientes se lleve a cabo en el entorno familiar con ayuda profesional, es decir, ayuda a domicilio. El número de horas que la Ley de Dependencia proporciona está en función del grado de dependencia reconocida. Actualmente el «Grado III: Gran Dependencia», recibe entre 46/70 horas mensuales. Es decir, a una persona totalmente dependiente, se le conceden un máximo de 70 horas mensuales, que si lo distribuimos entre 30 días vemos que recibirá 2,30 horas diarias. ¿Quién cuida las 21,70 horas restantes? La respuesta es fácil: una mujer que habrá dejado de lado parte de su vida para realizar el mandato de género que la sociedad patriarcal sigue asignando a las mujeres.

Podemos preguntarnos: ¿Por qué cuidan las mujeres?, ¿por qué las mujeres «deciden» modificar radicalmente su vida cuando la madre o el padre comienzan a ser dependiente?, ¿qué les lleva a asumir los cuidados en solitario o con las hermanas, madres, cuñadas, dejando que los hombres de la familia se mantengan al margen?

A pesar de los muchos avances en lo que a igualdad entre mujeres y hombres se refiere, la división sexual del trabajo sigue presente en la sociedad y condiciona la vida de las mujeres. Como ya hemos señalado, el «trabajo de cuidar sigue siendo cosa de mujeres«. Ante esta situación, ¿cómo compatibilizar cuidados y trabajo remunerado?

Conciliación

¿Quién no ha escuchado miles de veces que es fundamental que se implementen medidas de conciliación? Las empresas, las administraciones, las organizaciones empresariales, etc., hablan constantemente de ello, pero la realidad es que los avances son lentos y cada vez un problema más acuciante. Compatibilizar la vida laboral y familiar, no digamos ya la personal, es difícil, cuando no imposible.

Son muchas las causas que impiden la conciliación. Sin pretender enumerarlas todas vamos a señalar las más importantes. En primer lugar los horarios, la jornada partida, las largas pausas para la comida, la poca o nula flexibilidad horaria, la cultura empresarial que potencia el presentismo y hace que las horas que se permanece en el lugar de trabajo sean excesivas. Esta situación supone que al nacer una criatura sea difícil compatibilizar su cuidado con el trabajo remunerado.

Como hemos señalado los cuidados recaen en las mujeres principalmente, son ellas en definitiva las que «concilian», es decir, las que reducen su jornada laboral, se apartan temporalmente del empleo o piden ayuda a abuelas/os para cuidar a niñas y niños. En el caso de las personas dependientes cuando se tienen medios económicos se busca ayuda externa, cuando no se tienen esos medios hay pocas alternativas.

No existen soluciones mágicas para solventar la situación, pero sí está claro que es imprescindible la corresponsabilidad en los cuidados, es decir, los hombres deben asumir la responsabilidad de cuidar al mismo nivel que las mujeres, pues mientras esto no se produzca, por muchas medidas que se tomen, serán las mujeres las que concilien y ello supone un coste en lo personal y en lo profesional, que tiene consecuencias en el presente y en el futuro.

Si bien es imprescindible que los hombres se corresponsabilicen en los cuidados, no es suficiente, son necesarias políticas públicas efectivas y que tengan en cuenta la realidad que vivimos.

Read Full Post »

La violencia machista es un problema estructural que se perpetúa en nuestra sociedad, así lo refleja la MACROENCUESTA DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER 2019. Los datos de la encuesta son escalofriantes:

.- 1 de cada 2 mujeres (57,3%) residentes en España de 16 o más años ha sufrido violencia a lo largo de sus vidas por ser mujer. Suponen 11.688.411 mujeres.

.- Un 8,7% (1.778.550 mujeres) han sufrido violencia física antes de cumplir los 15 años de edad.

Un dato alarmante, por las consecuencias que tiene para la salud física y psíquica de la infancia, es que el 51,7% de las mujeres, que han sufrido violencia física, sexual o emocional de alguna pareja y tenían hijas/os en ese momento, afirman que estos presenciaron o escucharon lo que ocurría y que sus hijas e hijos menores sufrieron violencia a manos de la pareja violenta.

Las mujeres hemos logrado importantes avances, como el acceso a la educación o al empleo, pero no han servido para erradicar la violencia que, por el hecho de ser mujeres, sufrimos a diario.  A veces se presenta la violencia machista como algo del pasado, como si la sociedad machista y patriarcal hubiera desaparecido. Los avances en igualdad de derechos y oportunidades que hemos alcanzado tendrían que servir para que la violencia de género cesará, para que las generaciones de mujeres jóvenes no tuvieran que soportar lo que sus predecesoras hemos vivido, pero la encuesta citada demuestra que las jóvenes son las que más sufren violencia machista.

.- El 71,2% de las mujeres de 16 a 24 años sufren acoso sexual o violencia física o psíquica por parte de sus parejas o exparejas.

Pero ¿quién maltrata, viola o comete abuso sexual? La Macroencuesta lo deja claro: El 99,6% de las mujeres que han sufrido violencia sexual experimentaron esta por parte de un agresor hombre. Esto nos lleva al hecho de que si 11.688.411 de mujeres han sufrido algún tipo de violencia, ese es el número de hombres que agreden a sus parejas o exparejas, a niñas o jóvenes, a mujeres con las que tienen algún tipo de relación o parentesco, porque no debemos olvidar que las agresiones a menores son perpetradas en el entorno familiar.

Los datos de esta encuesta debería poner la violencia machista en primer plano de la agenda política, económica y social y la pandemia que estamos viviendo no puede servir de justificación para que esta realidad se olvide. Las mujeres son las más perjudicadas en esta crisis que sufrimos como consecuencia del COVID19 por diversas razones.

El sector servicios es uno de los que más está sufriendo la pandemia y las mujeres trabajaban mayoritariamente en este sector de producción. Hemos denunciado de manera reiterada que los cuidados no deben ser «cosa de mujeres», que debe avanzarse en la corresponsabilidad, tanto de los hombres como de las administraciones y empresas.

El cierre de los colegios, centro de atención a mayores y dependientes, la tragedia de las residencias geriátricas, etc., han  agudizado un problema endémico y al que no se le ha prestado la suficiente atención. El mayor peso de los cuidados está recayendo sobre las mujeres, lo que tiene consecuencias desastrosas. son muchas las migrantes que trabajan cuidando de las `personas mayores en condiciones de precariedad, sin tener opción de acceder al Ingreso Mínimo Vital, por no tener papeles. Cuando estas mujeres dejan de percibir ingresos no sufren ellas solas, sus hijas e hijos se ven privados de lo necesario para sobrevivir.

Tampoco podemos olvidarnos de la dramática situación de las mujeres inmersas en el sistema prostitucional, encerradas en prostíbulos, más sometidas que nunca al poder de los proxenetas, ¿qué pueden hacer más que seguir siendo explotadas? Se está demandando el cierre de los prostíbulos por cuestiones de salud para los mal llamados «clientes», pues si deben cerrarse porque son espacios de explotación de mujeres. Pero hay que ofrecer soluciones habitacionales,  económicas y formativas para que esta medida sea real y pueda mantenerse a largo plazo. El cierre de prostíbulos podría ser el primer paso para abolir la prostitución. De nuevo tenemos que tener claro que los prostíbulos se mantienen porque hay hombres que están dispuestos a pagar por disponer a su antojo del cuerpo de las mujeres.

Los hombres de nuevo son los que ejercen la violencia sobre las mujeres.

 

 

Read Full Post »

Fui sobre agua edificada. Mis muros de fuego son. Esta es mi insignia y mi blasón

Mural pintado por Alberto Corazón en la fachada de un edificio de plaza de Puerta Cerrada

El aislamiento pasa factura, no importa que hayas vivido estos casi tres meses en una situación digamos privilegiada, Quiero decir acompañada, en un espacio con todas las comodidades y sin problemas reseñables. No salir de casa durante tanto tiempo da una sensación de irrealidad, sobre todo al principio. Disponer de las nuevas tecnologías ha sido importante. Ver, aunque sea a través de una pantalla, a las personas más cercanas ha sido fundamental y a pesar de disponer de todas estas ventajas, la crisis que vivimos afecta.

Escribí mi primera entrada en este espacio un mes después de comenzar el estado de alarma. Reclamaba en ese post una renta básica, renta mínima o renta vital. Hoy celebro que el gobierno haya aprobado un Ingreso Mínimo Vital. Analizaremos en otro momento si va a dar cobertura a todas las personas que necesitan ayuda para cubrir las necesidades más básicas, pero lo que es seguro que es una buena medida, importante y necesaria.

Hoy me propongo hablar de la Comunidad de Madrid, de la mala gestión de su presidenta y de las consecuencias que está teniendo y tendrá para el conjunto de la población. Una de las cuestiones más dolorosas que hemos vivido estos meses ha sido la desatención en la que han vivido las personas mayores que estaban en residencias o vivían solas. Más de 5.000 mayores han fallecido en las residencias de la Comunidad de Madrid. En torno al 90% eran de residencias privadas y concertadas.

La Comunidad de Madrid hizo caso omiso de las reiteradas denuncias que desde diferentes ámbitos se venían haciendo de la desatención que sufrían las personas mayores en las residencias. En algunos casos el personal de dichas residencias también denunciaba la precariedad con la que realizaban su trabajo. También ahora pretende desentenderse del problema y mirar para otro lado cuando se denuncia que se establecieron protocolos para que no se llevara a las personas mayores infectadas por coronavirus a los hospitales.

El daño que la presidenta Ayuso está haciendo tendrá consecuencias incalculables. Debemos recordar que las residencias de mayores son necesarias y en algunas casos imprescindibles. Hablamos de unas residencias en las que las personas vivan en condiciones dignas, en la que estén cuidadas por profesionales con la cualificación adecuada y con atención sanitaria. Costará recuperar la confianza en estos centros, en un momento en el que el estigma que implica llevar a una persona mayor se estaba superando. Centros de día, residencias y atención domiciliaria deben recuperarse lo antes posible, pero no de cualquier manera, con medios adecuados y con gestión pública.

No voy a relatar todas las noticias sobre las atrocidades que se han vivido en las residencias de mayores de la CM y que hemos ido conociendo estos meses, lo que queremos es recordar a todas las mujeres y hombres que se merecían una vida mejor y que por ineptitud de la presidenta Isabel Díaz Ayuso no han tenido. La gestión de las residencias se ha dado a grupos empresariales a los que nada les importan como viven o mueren quienes residen en dichos centros. Lucrarse con los bienes públicos es incalificable, hacerlo con la vida de las personas mayores supone una falta de ética que no puede quedar impune.

La presidenta Ayuso debe dejar de presentarse ante la ciudadanía como si lo que pasa en la comunidad no fuera con ella, solo toma medidas cuando se trata de dejar sin cobertura a las personas más vulnerables. Hoy CC.OO denuncia que ‘La Comunidad de Madrid elimina más de 14.000 plazas en la escuela pública el curso que viene‘. No todo vale señora Ayuso, la educación debe ser pública y gratuita desde los cero años.

Read Full Post »

La pesada y desigual responsabilidad del trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres perpetúa tanto las desigualdades económicas como la desigualdad de género.

 

El informe de Oxfam Intermón Tiempo para el cuidado. El trabajo de cuidados y la crisis global de desigualdad, denuncia que la desigualdad económica está fuera de control y que es consecuencia de un sistema económico fallido y sexista que valora más la riqueza de una élite privilegiada, en su mayoría hombres, que los miles de millones de horas del esencial trabajo de cuidados no remunerado o mal remunerado que llevan a cabo fundamentalmente mujeres y niñas en todo el mundo.

Cuidar de niñas y niños, de personas mayores o enfermas, cocinar, lavar, coser, ir a buscar agua y leña, etc., son tareas que las sociedades patriarcales asignan a las mujeres y ello tiene costes importantes para su desarrollo personal y profesional. En muchas sociedades las niñas, desde muy pequeñas, se encargan de las tareas domésticas y de cuidado. «En todo el mundo, las mujeres y las niñas en situación de pobreza asumen una parte desproporcionada del trabajo de cuidados no remunerado o mal remunerado, especialmente aquellas que, por pertenecer a determinados colectivos, no solo sufren discriminación por razones de género, sino también de raza, etnia, nacionalidad, sexualidad y casta. Las mujeres realizan más de tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado, y constituyen dos terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo de cuidados remunerado«.

Los cuidados son el gran hándicap para la igualdad de oportunidades, para la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. A pesar de que la aportación de las mujeres a la economía es fundamental, su trabajo no es valorado ni económica ni socialmente. Oxfam ha calculado que tan solo el trabajo de cuidados no remunerado que realizan las mujeres aporta a la economía un valor añadido de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica la aportación de la industria de la tecnología.

El elevado tiempo de trabajo que mujeres dedican al cuidado, en especial en la etapa reproductiva, repercute en sus ingresos, en su nivel de vida.

El trabajo remunerado de cuidados también lo realizan en su mayoría mujeres que trabajan en condiciones de precariedad y, en muchos casos, desprotegidas por la legislación. El siguiente gráfico lo refleja con claridad.

Siguiendo con el informe vemos que: El mundo se enfrenta a una inminente crisis de los cuidados, derivada de las consecuencias del envejecimiento demográfico, los recortes en los servicios públicos y los sistemas de protección social, y los efectos del cambio climático, que amenazan con empeorar la situación y aumentar la carga sobre las personas que asumen el trabajo de cuidados.

Algunas recomendaciones del informe que es imprescindible tener en cuenta:

1.- Los gobiernos deben invertir en sistemas nacionales de atención y cuidados que permitan abordar la desproporcionada responsabilidad de trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres y las niñas.

2.- Los Gobiernos deben adoptar medidas para reducir drásticamente la brecha entre los más ricos y el resto de la sociedad y dar prioridad al bienestar del conjunto de la ciudadanía en vez de fomentar un crecimiento y un beneficio económico insostenibles.

3.- Los Gobiernos deben garantizar la adopción de políticas jurídicas, económicas y laborales que protejan los derechos de todas las personas que llevan a cabo el trabajo de cuidados sin remunerar y remunerado, tanto en el sector formal como en el informal. Esto debe incluir la ratificación del Convenio 189 de la OIT sobre la protección de las trabajadoras y los trabajadores del hogar.

4.- Combatir las normas sociales nocivas y las creencias sexistas que consideran que el trabajo de cuidados es responsabilidad de las mujeres y las niñas, dan lugar a un reparto desigual de dichas tareas y perpetúan la desigualdad tanto económica como de género.

5.- Promover políticas y prácticas empresariales que pongan en valor el trabajo de cuidados. Las empresas y negocios deben asumir su responsabilidad de contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El informe que estamos analizando se publica el mismo día que la RAE rechaza el uso de lenguaje inclusivo. Relacionar los dos informes es casi inevitable. El Informe sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución, considera que: Son inequívocamente inclusivos en la Constitución grupos nominales en plural como niños, padres e hijos profesores trabajadores, jueces, magistrados, abogados, electores consumidores militares, funcionarios, extranjeros, ministros, alcaldes, presidentes, embajadores , etc., pues con el masculino genérico se designa a ambos sexos. Resulta cuando menos curioso que si vea necesario desdoblar cuando la constitución hace referencia a ‘princesa’. El sustantivo princesa no aparece en la Carta Magna. Sí se menciona al Príncipe. Es recomendable sustituir estas tres menciones por fórmulas coordinadas como el Príncipe o la Princesa de Asturias.

También recomienda desdoblar rey/reina. Las mujeres que no somos de la realeza no tenemos derecho a ser nombradas.

Este espacio utilizará un lenguaje inclusivo, no sexista, que nombre a las mujeres y visibilice su papel en la sociedad.

#LoQueNoSeNombraNoEsixte

Read Full Post »

«Maldigo la poesía concebida como un lujo

cultural por los neutrales

que, lavándose las manos, se desentienden y evaden,

maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse«.

 

Tras unos meses de inactividad, vuelvo con el nuevo año a publicar en este espacio. Al comenzar a escribir me vino a la mente la poesía de Gabriel Celaya: La poesía es un arma cargada de futuro. Viene a cuento porque en estos momentos críticos para nuestra sociedad, es importante posicionarse, comprometerse.

Leí en el muro de Facebook de una amiga una frase de Marcela Lagarde que refleja el compromiso de este blog desde 2009 y que continúa siendo primordial: Lo que el Feminismo se plantea radicalmente es la igualdad plena entre hombres y mujeres. Este será mi compromiso, a lo que me comprometí desde la creación de este blog.

Aprovecho para dar las gracias a quienes a pesar de la baja actividad del último año habéis seguido visitando el blog, muchas de México, Ecuador, Estados Unidos, Perú o Chile. En 2019 las personas leyeron uno o más artículos fueron 114.402. Es verdad que muchas menos que en 2018 que fueron 164.369, pero también es cierto que la actividad era mayor y que en el último año publiqué mi libro Caminando hacia la igualdad. Un proyecto profesional personal y político, que recoge una pequeña parte de lo publicado en los diez años de vida del blog. El objetivo era analizar los avances que se habían producido en las políticas públicas de igualdad. Con ello sigo.

En los últimos días hemos vivido momentos de tensión al ver como la extremaderecha mantenía en el Parlamento una actitud más propia de bravucones que de parlamentarias/os. Finalmente hemos podido relajarnos: tendremos gobierno progresista. Celebramos esta nueva etapa, lo que no significa que pensemos que todo está hecho. Soy consciente del largo camino que nos queda por delante y que tendremos que trabajar duro para que las promesas del nuevo gobierno se hagan realidad.

En los discursos del debate de investidura y en los acuerdos del gobierno de coalición, vemos que se comprometen con algunas de las cuestiones que desde el movimiento feminista se vienen reclamando, medidas contra las violencias machistas, igualdad salarial, permisos de paternidad, planes de igualdad, dependencia, lenguaje inclusivo, corresponsabilidad y cuidados, etc. Con otras cuestiones el compromiso no está tan claro, es el caso de la abolición de la prostitución, cuestión imprescindible si queremos alcanzar la igualdad efectiva, pues mientras haya mujeres explotadas, la igualdad no será posible.

Todos estos temas los analizaré en el blog, pues el objetivo final de este espacio feminista es, como no puede ser de otra manera, eliminar el patriarcado, objetivo prioritario del feminismo.

 

 

 

 

Read Full Post »

La maternidad ha sido siempre mitificada y ensalzada, llegando incluso a identificar «ser madre» con el objetivoSassoferrato al que toda mujer debe aspirar. Escribo esto en el avión regresando de Florencia, influenciada por la cantidad de cuadros que he visto de la Madonna col Bambino, en brazos. El hecho es que en muchos casos la representación más que de una mujer era de una niña/madre, que  reflejaban una gran tristeza.

Botticelli

Mientras visitaba los museos, en España se debatía por primera vez en el Pleno del Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley (PNL) para que se equiparasen los permisos de maternidad y paternidad, para que sean iguales, intransferibles y pagados al 100%. La PNL fue presentada de forma magistral por Sofía Castañón.

                                                                                                  san-girolamo

Junto a la imagen de mujer/niña/madre, otra cuestión que acaparó mi atención fue la mirada de resignación de estas mujeres/niñas con su hijo. Como la perspectiva de género no puedo olvidarla en ningún momento de la vida cotidiana, me decía, ¿cómo no van a tener cara de resignación? Son niñas, con una carga que les viene impuesta, que aún se impone a las mujeres y a las niñas. Bien, sabemos que en muchas épocas muy pocas mujeres podían  saltarse este mandato de género.

Mientras reflexionaba sobre dichas imágenes, seguía en la distancia el debate que estaba teniendo lugar en el Pleno del Congreso de los Diputados. Escuché con emoción cuando una mayoría de diputadas y diputados votaban a favor de la PNL, pensando que el recorrido para llegar a ese momento había sido muy largo. Mucho mejor hubiera sido, por supuesto, que lo que se hubiera debatido fuera una Proposición de Ley, (PL) que obligaría al gobierno a legislar. Es decir, que en el Pleno del Congreso se estuviera debatiendo la PL que tiene elaborada la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles, por Nacimiento y Adopción, PPiiNA, lista para ser aprobada.

La PPiiNA en el congreso

Compis de la PPiiNA durante el debate

Las circunstancias propiciaron que uniera estos dos hechos: la representación iconográfica de la mujer/niña/madre y la falta de sensibilidad de algunos grupos parlamentarios, que en aras de defender la maternidad, obligan a las mujeres a seguir cumpliendo un rol que la sociedad patriarcal les ha impuesto, a pesar de que gran parte de la sociedad rechaza que las mujeres tengan que cuidar de sus criaturas, los primeros momentos de su vida, casi en solitario.

Si ya es difícil contemplar, sin cuestionarla, la representación histórica, ¿cómo no cuestionar que actualmente se siga pensando en las mujeres en su papel de madres como función prioritaria? ¿Cómo es posible que los padres estén ausentes en las primeras semanas de vida de su hija/o? Porque no lo olvidemos, los padres en nuestro país ven limitadas sus posibilidades de cuidar en el momento del nacimiento. Las dos semanas de permiso a las que tienen derecho son claramente insuficientes y perjudican su relación con sus bebés, perjudica a las criaturas al privarlas del cuidado paterno, perjudica a las mujeres que ven cómo su vida laboral sufre las consecuencias de la maternidad y, en definitiva, perjudica a toda la sociedad.

Por ello, vuelvo a señalar que el día 18 de octubre fue un día importante, un avance en el trabajo que durante 11 años ha desarrollado la PPiiNA. Como dijo Sofía Castañón «un poco de igualdad no es igualdad«, pero en la PPiiNA sabemos que el camino es largo y que hay que ir dando pasos para lograr la igualdad real.

Los permisos iguales, intransferibles y pagados al 100% no son la única medida para lograrlo, pero es un paso fundamental y decisivo para alcanzar la corresponsabilidad en los cuidados. Cuando los hombres se comprometan con el cuidado de niñas y niños estarán más concienciados de que cuidar de las personas dependientes es una labor de todas y todos.  Las niñas que sean cuidadas por sus padres, dejarán de pensar que es obligación suya cuidar y los niños aprenderán que ellos también pueden y deben cuidar.

¿Por qué hablo de estos dos hechos? Porque los viví de forma simultánea e, inevitablemente, las gafas violeta no me las dejo en casa, me acompañan siempre. Viendo los museos pensé en las niñas que siguen siendo obligadas a ser madres cuando deberían estar en la escuela y jugando. Porque ser madre discrimina y algunos grupos parlamentarios se niegan a legislar para eliminar la discriminación de género. Por ello, que en el Pleno del Congreso se haya aprobado una PNL es importante, pues abre el camino para que la PL de la PPiiNA sea igualmente aprobada.

 

Read Full Post »

El Instituto de Estudios Fiscales organiza un Seminario sobre Políticas Públicas y Brecha Salarial de Género el día 30 de Mayo de 2016 en Madrid. Se celebrará en Avda. Cardenal Herrera Oria, 378 de 16:00-19:45.

Es necesario apuntarse:

angeles.vidal@ief.minhap.es

liliana.pacheco@ief.minhap.es

 

Programa:

16:00. Presentación: Director del IEF

16:15 a 17:00. ¿Cuál es el problema?

Factores de la brecha salarial de género. Coral del Río Otero. Universidad de Vigo.

Brecha salarial y brecha de cuidados. Teresa Torns Martín. Centro de investigación QUIT de la Universidad Autónoma de Barcelona.

17:00 a 17:45. Presentación de algunos casos

Camareras de Piso. Ana Lucía Nacher Cobo. Portavoz del Colectivo de Camareras de Piso “Las Kellys” de Lanzarote

Empleadas de Hogar. Isabel Otxoa Crespo. Universidad del País Vasco y portavoz de la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia.

Cuidadoras “Informales”. Ángeles Briñón García. Asesora en igualdad de oportunidades, conciliación y corresponsabilidad.

17:45 a 18;15. Descanso

18:15 a 18:45. Propuestas para eliminar la brecha salarial de género

Priya Álvarez Castiñeiras. Departamento de Evaluación de ONU Mujeres

María Pazos Morán. Instituto de Estudios Fiscales.

18:45 a 19:30. Debate general.

19:30. Clausura. Ministerio de Empleo y Seguridad Social

Read Full Post »

conciliar vida laboral y familiarSomos muchas las personas y organizaciones que estamos demandando desde hace tiempo medidas concretas para eliminar las múltiples discriminaciones que sufre las mujeres, en especial cuando son madres. En este comienzo de año, la conciliación está siendo tema de debate de manera masiva, tanto en la prensa como en las redes sociales. De pronto, parece que es un tema nuevo, que hay que posicionarse sobre determinadas actuaciones como si fuera una cuestión sobre la que no se ha hablado, como si no hubiéramos manifestado muchas veces nuestra postura al respecto.

La masiva incorporación de las mujeres al empleo, que se produjo en las últimas décadas del siglo XX, agravó una realidad que muchas familias, mejor dicho, muchas mujeres vivían: la necesidad de compatibilizar la vida laboral y personal, por ello muchas personas y organizaciones llevamos mucho tiempo reivindicando medidas para lograrlo. La idea de que son necesarias medidas de conciliación es general, pero no existe acuerdo en qué tipo de medidas hay que poner en marcha para conseguir dichos fines y los objetivos que se pretenden conseguir.

Los cambios que se han producido en las últimas décadas son tan importantes en lo relativo al empleo de las mujeres que, indudablemente, nadie considera ya que puedan volver a su papel tradicional de ser casi en exclusiva madres, esposas o hijas. No obstante, para algunos colectivos es importante que las mujeres tengan una carrera profesional, pero sin desprenderse totalmente del papel que la sociedad patriarcal les ha impuesto tradicionalmente. Piensan que las mujeres están más preparadas para cuidar, en especial de hijas e hijos, y por tanto consideran natural que sean ellas quienes se ocupen de su cuidado los primeros años, aunque para ello tengan que dejar un tiempo el trabajo remunerado, ya sea reduciendo la jornada o dejando temporalmente el empleo.

Otras personas y grupos buscamos, por el contrario, cambios que de una vez por todas eliminen los mandatos de género que tanto condicionan la vida de las personas, en especial de las mujeres. Quienes pensamos que la biología no es determinante para cuidar de hijas, hijos y personas dependientes, que los condicionantes de género son construcciones sociales que el patriarcado ha impuesto a las mujeres para someterlas y limitarlas, consideramos que mujeres y hombres deben corresponsabilizarse de los trabajos de cuidado y tener las mismas oportunidades en lo que al trabajo remunerado se refiere. La corresponsabilidad en los cuidados es el mejor camino para lograrlo.

El trabajo remunerado está organizado de tal manera que resulta complicado, a veces imposible, desarrollar una carrera profesional y atender de forma adecuada a la familia. Los largos horarios, las jornadas partidas, etc., complican esta terea. Pero, ¿por qué este problema lo tienen sólo las mujeres? ¿Por qué los hombres siguen sin «enterarse» de esta realidad? La respuesta a estas preguntas es diferente en función de la idea que se tenga de la maternidad/paternidad y del rol social de las personas en función de su género.

Las personas que, como hemos señalado, piensan que la biología es determinante, abogan por unas medidas de conciliación que facilite a las mujeres compatibilizar la maternidad con el empleo, por lo que exigen, entre otras medidas, permisos de maternidad más largos. Quienes consideramos que hay que eliminar los condicionantes de género, vemos urgente que los permisos de paternidad sean iguales a los de maternidad, para así eliminar los roles que tanto condicionan y avanzar hacia una sociedad justa y más igualitaria. Son dos planteamientos diferentes pero no por ello debemos dejar de buscar puntos de acuerdo y trabajar reforzando los puntos que seguro nos unen: que mujeres y hombres tengamos las mismas oportunidades y que las mujeres no sean discriminas al ser madres.

Hablar de conciliación es necesario pero no es suficiente, porque es imprescindible y urgente que los hombres se corresponsabilicen de los cuidados, ya que conciliar ha sido y sigue siendo “cosa de mujeres”. Mientras esto no suceda las mujeres serán vistas como “menos disponibles” para el empleo. Hemos argumentado en muchas ocasiones que la maternidad es un hándicap para la carrera profesional de las mujeres, que la maternidad discrimina y que nada mejor que aumentar los permisos de paternidad para que los padres, desde que nace una criatura, se comprometan en las tareas de cuidado.

Comenzamos una nueva legislatura, durante la campaña electoral se han hecho muchas promesas en los temas que aquí planteamos, ahora debemos exigir que se cumpla lo que se ha prometido.

Read Full Post »

Older Posts »