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Archive for the ‘Igualdad de Oportunidades’ Category

Los avances que con tantos esfuerzos hemos logrado las mujeres están sufriendo un retroceso desde que el #COVID19 comenzó a modificar nuestra vida, tanto en lo social, como en lo político o en lo económico. Amplios sectores de la población han visto como se destruyen sus empleos y con ello como limita su acceso a las necesidades básicas de supervivencia. Las mujeres, una vez más, salimos perjudicas de esta crisis al ser nosotras las que realizamos la mayor parte de las tareas de cuidar, esas tareas necesarias e imprescindibles, que la sociedad patriarcal nos asigna a las mujeres y que son hoy más necesarias que nunca. A pesar de ello  siguen siendo las tareas a las que les da menor valor social y económico.

Conviene no olvidar que son las mujeres, en muchos casos migrantes que trabajan en condiciones de precariedad y que no se encuentran en condiciones de exigir sus derechos, las que siguen cuidando y a menudo sin la debida protección ante el COVID19.

Ante tanta desesperanza parece una buena noticia que se hayan publicado dos reales decretos de igualdad retributiva entre mujeres y hombres y el que regula los planes de igualdad y su registro y modifica el Real Decreto 713/2010. Ambos presentan importantes novedades que esperamos y deseamos den resultados reales.

Respecto de los Panes de Igualdad (PI), desde que en 2007 la Ley orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, reguló su implantación, se pensó que era una medida importante para avanzar en el camino de la igualdad de oportunidades y de derechos de las mujeres. Trece años después los resultados no son positivos y ello se debe a varias razones.

1) La elaboración de PI era una recomendación para las empresas con más de 250 trabajadoras/es. Teniendo en cuenta que el tejido empresarial de nuestro país es mayoritariamente de PYMES, aun cuando se hubiera cumplido la legislación el resultado habría  sido insuficiente.  

2) Aunque se señalaba el deber de negociar planes de igualdad en las empresas, no se contemplaba ninguna penalización si se incumplía la legislación.

3) A menudo las empresas que elaboraban PI se limitaban a tomar algunas medidas sin hacer el diagnóstico previo imprescindible para que fuera eficaz. Un PI debe cumplir algunos requisitos previos. Me remito a un post anterior que resume los datos a analizar para elaborar un PI.

Para potenciar la elaboración de PI se creó en  2009 un distintivo empresarial en materia de igualdad para aquellas empresas que destacasen por la aplicación de políticas de igualdad. No obstante, como señala el Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, los resultados fueron discretos, cuando no insignificantes, lo que contraviene la propia finalidad de la citada ley orgánica, por ello se estableció la obligatoriedad de que todas las empresas con cincuenta o más personas trabajadoras elaboraran y aplicaran un plan de igualdad. Los resultados han sido también deficientes.

En el real decreto ahora aprobado se establece el diagnóstico, como elemento esencial de la obligatoriedad de los planes, así como el desarrollo de las medidas y sistemas de seguimiento y evaluación, subrayándose la necesidad de adoptar criterios y plazos de revisión que garanticen la eficacia y adecuación de los planes de igualdad.

Por lo que respecta a la igualdad salarial, los avances son pocos y siempre relativos, ya que los roles de género siguen perjudicando a las mujeres, tanto en el acceso como a la promoción en el empleo. Por ello parece especialmente relevante que el real decreto de igualdad retributiva obligue a que todas las empresas deban tener un registro retributivo de toda su plantilla, incluido el personal directivo y los altos cargo. Esta información deberá estar desagregada en atención a la naturaleza de la retribución, incluyendo salario base, cada uno de los complementos y cada una de las percepciones extrasalariales.

La correcta valoración de los puestos de trabajo es imprescindible para eliminar las discriminaciones existentes. En este sentido el decreto dice: Conforme al artículo 28.1 del Estatuto de los Trabajadores, un trabajo tendrá igual valor que otro cuando la naturaleza de las funciones o tareas efectivamente encomendadas, las condiciones educativas, profesionales o de formación exigidas para su ejercicio, los factores estrictamente relacionados con su desempeño y las condiciones laborales en las que dichas actividades se llevan a cabo en realidad sean equivalentes. Los trabajos que mayoritariamente realizan las mujeres han sido tradicionalmente valorados peor y en consecuencia se recibe menor remuneración que los realizados por los hombres. De ahí la importancia de esta medida.

Tanto la ministra de trabajo Yolanda Díaz como la de igualdad Irene Montero, resaltaron en la presentación de los reales decretos, que el incumplimiento seria cusa de sanción.

Una vez señalada la indudable importancia que tiene la puesta en marcha de las disposiciones señaladas, hay que recordar que incluso en el caso de que se cumplieran en su totalidad, son muchas las mujeres que seguirían sufriendo situaciones de discriminación.

Las desigualdades y desequilibrios se están sufriendo a nivel global y por ello debemos estar alerta. En este sentido el informe de Forética sobre la Agenda 20/30 señala que antes de que comenzara la crisis producida por del COVID-19 ya se evidenciaba que no llegaríamos al 2030 con el éxito esperado y sin dejar a nadie atrás, hoy nos encontramos con que el  47% de los ODS podrían verse impactados negativamente, como el ODS 4, educación de calidad, o el ODS 5, igualdad de género.

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La pesada y desigual responsabilidad del trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres perpetúa tanto las desigualdades económicas como la desigualdad de género.

 

El informe de Oxfam Intermón Tiempo para el cuidado. El trabajo de cuidados y la crisis global de desigualdad, denuncia que la desigualdad económica está fuera de control y que es consecuencia de un sistema económico fallido y sexista que valora más la riqueza de una élite privilegiada, en su mayoría hombres, que los miles de millones de horas del esencial trabajo de cuidados no remunerado o mal remunerado que llevan a cabo fundamentalmente mujeres y niñas en todo el mundo.

Cuidar de niñas y niños, de personas mayores o enfermas, cocinar, lavar, coser, ir a buscar agua y leña, etc., son tareas que las sociedades patriarcales asignan a las mujeres y ello tiene costes importantes para su desarrollo personal y profesional. En muchas sociedades las niñas, desde muy pequeñas, se encargan de las tareas domésticas y de cuidado. «En todo el mundo, las mujeres y las niñas en situación de pobreza asumen una parte desproporcionada del trabajo de cuidados no remunerado o mal remunerado, especialmente aquellas que, por pertenecer a determinados colectivos, no solo sufren discriminación por razones de género, sino también de raza, etnia, nacionalidad, sexualidad y casta. Las mujeres realizan más de tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado, y constituyen dos terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo de cuidados remunerado«.

Los cuidados son el gran hándicap para la igualdad de oportunidades, para la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. A pesar de que la aportación de las mujeres a la economía es fundamental, su trabajo no es valorado ni económica ni socialmente. Oxfam ha calculado que tan solo el trabajo de cuidados no remunerado que realizan las mujeres aporta a la economía un valor añadido de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica la aportación de la industria de la tecnología.

El elevado tiempo de trabajo que mujeres dedican al cuidado, en especial en la etapa reproductiva, repercute en sus ingresos, en su nivel de vida.

El trabajo remunerado de cuidados también lo realizan en su mayoría mujeres que trabajan en condiciones de precariedad y, en muchos casos, desprotegidas por la legislación. El siguiente gráfico lo refleja con claridad.

Siguiendo con el informe vemos que: El mundo se enfrenta a una inminente crisis de los cuidados, derivada de las consecuencias del envejecimiento demográfico, los recortes en los servicios públicos y los sistemas de protección social, y los efectos del cambio climático, que amenazan con empeorar la situación y aumentar la carga sobre las personas que asumen el trabajo de cuidados.

Algunas recomendaciones del informe que es imprescindible tener en cuenta:

1.- Los gobiernos deben invertir en sistemas nacionales de atención y cuidados que permitan abordar la desproporcionada responsabilidad de trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres y las niñas.

2.- Los Gobiernos deben adoptar medidas para reducir drásticamente la brecha entre los más ricos y el resto de la sociedad y dar prioridad al bienestar del conjunto de la ciudadanía en vez de fomentar un crecimiento y un beneficio económico insostenibles.

3.- Los Gobiernos deben garantizar la adopción de políticas jurídicas, económicas y laborales que protejan los derechos de todas las personas que llevan a cabo el trabajo de cuidados sin remunerar y remunerado, tanto en el sector formal como en el informal. Esto debe incluir la ratificación del Convenio 189 de la OIT sobre la protección de las trabajadoras y los trabajadores del hogar.

4.- Combatir las normas sociales nocivas y las creencias sexistas que consideran que el trabajo de cuidados es responsabilidad de las mujeres y las niñas, dan lugar a un reparto desigual de dichas tareas y perpetúan la desigualdad tanto económica como de género.

5.- Promover políticas y prácticas empresariales que pongan en valor el trabajo de cuidados. Las empresas y negocios deben asumir su responsabilidad de contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El informe que estamos analizando se publica el mismo día que la RAE rechaza el uso de lenguaje inclusivo. Relacionar los dos informes es casi inevitable. El Informe sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución, considera que: Son inequívocamente inclusivos en la Constitución grupos nominales en plural como niños, padres e hijos profesores trabajadores, jueces, magistrados, abogados, electores consumidores militares, funcionarios, extranjeros, ministros, alcaldes, presidentes, embajadores , etc., pues con el masculino genérico se designa a ambos sexos. Resulta cuando menos curioso que si vea necesario desdoblar cuando la constitución hace referencia a ‘princesa’. El sustantivo princesa no aparece en la Carta Magna. Sí se menciona al Príncipe. Es recomendable sustituir estas tres menciones por fórmulas coordinadas como el Príncipe o la Princesa de Asturias.

También recomienda desdoblar rey/reina. Las mujeres que no somos de la realeza no tenemos derecho a ser nombradas.

Este espacio utilizará un lenguaje inclusivo, no sexista, que nombre a las mujeres y visibilice su papel en la sociedad.

#LoQueNoSeNombraNoEsixte

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una-presentacion-muy-breve-de-la-historia-del-feminismo-1-638-2.jpgEstamos escuchando estos días declaraciones tan esperpénticas y trasnochadas que serían para reírse si el asunto no fuera tan serio, pues quienes dicen las barbaridades que veremos luego estarán, según todas las previsiones, en el Congreso de Diputadas y Diputados, es decir, tendrán voz y voto a la hora de legislar y eso no puede dejarnos indiferentes

Adolfo Suárez Illana, número dos del PP en las listas por Madrid ha declarado que en Nueva York se acaba de aprobar una ley por la cual se permite el aborto después del nacimiento, tamaña falsedad le descalifica sin más explicación. En NY se ha aprobado una ley que permite el aborto más allá de las 24 semanas en determinadas circunstancias. Ha dicho también que hay que ayudar a las mujeres que tienen que decidir si quieren ser madres de un niño vivo o muerto. Las mujeres, señor Suarez, tienen derecho a ser madres o no serlo, usted no tiene ningún derecho a opinar sobre lo que las mujeres queremos y hablar de un aborto como de ‘un niño muerto’, debería pensar en las madres que han perdido una hija o un hijo, cómo se sentirán al escucharle.

Parece que ese día estaba inspirado porque siguió diciendo, que me digan que se puede matar antes o después pues mire oiga los neandertales también lo usaban, lo que pasa es que esperaban a que naciera y entonces le cortaban la cabeza, hace pensar que el que no ha evolucionado es él, que se permite juzgar a las mujeres, que pretende volver a las cavernas de las historia…, en fin, si las diosas no lo remedian estará ocupando un escaño en el Parlamento.

Santiago Abascal, por su parte, quiere que se legalice el uso de armas y dar impunidad a quienes disparen contra personas que entren en su casa.  Aclaró que el uso de armas es para los ‘españoles de bien’. Debemos recordar que en la comunidad andaluza ha pedido que se identifique a las personas que impartieron formación en igualdad de género (volvemos a la caza de brujas del Medievo), también quiere derogar la Ley de Violencia de Género. El partido que lidera lleva como cabeza de lista a militares, toreros y personas que defienden valores caducos y claramente contrarios a los derechos de las mujeres.

Declaraciones de otros líderes de este partido de extrema derecha han tenido menos difusión pero no por ello son menos alarmantes. Rubén Manso, por ejemplo, aboga por ‘redefinir’ el Estado de Bienestar, por considerar que la educación o la sanidad no deben ser financiadas por el Estado.

El partido liderado por Albert Rivera, ahora Alberto Carlos, lleva en su programa legalizar los vientres de alquiler y la prostitución, dos propuestas que dejan claro que la explotación de las mujeres le tiene sin cuidado. Hablar de ‘libre elección’, ya lo hemos dicho otras veces, no es más que un subterfugio para legalizar negocios que se lucran a costa del sufrimiento de las mujeres.

De los dirigentes de los partidos de izquierda no vamos a hablar en este post porque no queremos contribuir a aumentar la poca credibilidad que para las mujeres feministas tienen algunas de sus propuestas. Es urgente que se definan en cuestiones básicas para los derechos de las mujeres y, más allá de las declaraciones de buenas intenciones, se posicionen con claridad sobre la prostitución, los vientres de alquiler, la trata o la pornografía. Piénsenlo bien y no pidan nuestro voto si las propuestas que llevan en sus programas siguen considerándonos como meros objetos para el placer masculino. No valen justificaciones, medias verdades, queremos medidas concretas para avanzar en un modelo de sociedad en el que todas y todos tengamos los mismos derechos. Aún están a tiempo,

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El feminismo, es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII -aunque sin adoptar todavía esta denominación- y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que ha sido y son objeto por parte del colectivo de los varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquélla requiera. Victoria Sau.

 

#8MSeguimos¿Qué hacer? ¿Responder a los absurdos de una asociación que niega que las mujeres somos discriminadas por el hecho de ser mujeres, que vivimos en una sociedad patriarcal en la que el hombre sigue siendo el referente? Con muchas dudas, porque de alguna manera es darles publicidad, voy a responder a algunas de las cuestiones que plantean.

Convocan una manifestación contra el ‘feminismo rancio’ utilizando el Hashtag #8M, el mismo que el movimiento feminista lleva utilizando años y dicen que ‘en femenino Si y en masculino TAMBIÉN’. Un poco de coherencia. Si ponen en sus carteles #8M deben ser conscientes de que con esta etiqueta se simboliza el largo proceso que las mujeres llevan reivindicando una sociedad más justa. El #8M representa la larga lucha del movimiento feminista por los derechos de las mujeres, por una sociedad en la que las desigualdades desaparezcan, en la que cesen los asesinatos machistas, en la que los trabajos feminizados sean valorados social y económicamente, en definitiva, es el símbolo de las feministas por un mundo más igualitario.

Dicen que protestarán por 8 mentiras, que según ellas defendemos las feministas radicales y  rancias. Voy a desmontar dos de estas ‘mentiras’. Comienzo por la 5ª porque estos días se celebra el Día Internacional por la Igualdad Salarial.

5: Es mentira que la discriminación laboral, la brecha salarial y la desigualdad en las oportunidades son fruto de una sociedad  patriarcal y machista. Entiendo que aceptan que las mujeres sufren/sufrimos discriminación en el empleo, en el salario y que vivimos situaciones de discriminación, ya es algo. Negar que estas desigualdades son consecuencia de que vivimos en una sociedad en la que los hombres controlan el poder político, social y económico, es decir, en una sociedad patriarcal,  es cerrar los ojos a la realidad y ver el mundo con una perspectiva miope  para justificar lo que no se quiere ver.

Negar que el machismo es la causa de la desigualdad que impera en la sociedad, me deja anonadada ¿Porqué se penaliza a las mujeres por ser madres? ¿Por qué se las discrimina en el empleo a pesar de tener una formación similar o superior a la de los hombres? ¿Por qué son ellas las que cuidan de hijas e hijos y de las personas dependientes? La explicación es muy clara, porque las mujeres siguen siendo ciudadanas de segunda en la sociedad del siglo XXI. Bajo la apariencia de modernidad y de avances técnicos, las mujeres siguen sometidas al poder masculino y son moneda de cambio en el mercado laboral. Negar que el machismo sigue imperando en nuestra sociedad significa corteza de miras y ocultar el sufrimientos que conlleva para muchas mujeres. Negar esta realidad impide poner remedio  a  la desigualdad y que la sociedad avance, imposibilita que las nuevas generaciones de niñas y niños puedan desarrollar todas sus capacidades sin condiciones de género.

8: Es mentira que la lucha por los derechos de la mujer y la igualdad real necesita financiación estatal y subvenciones para ser eficaz y acabar con las estructuras machistas. En la ‘mentira’ anterior negaban que las discriminaciones que existen sean consecuencia de la sociedad patriarcal y machista. Ahora parecen aceptar que las estructuras machistas si existen, lo que discuten es que sean necesarias subvenciones para ser eficaces. ¿Qué proponen para eliminar las desigualdades que sufren las mujeres? ¿Cómo lograr la igualdad de oportunidades?  Supongo que no piensan que debemos esperar que la sociedad evolucione sin más, sin aplicar políticas públicas que posibiliten el cambio de mentalidad para avanzar en igualdad. Los avances sociales son siempre lentos, pero se puede y debe impulsar el cambio con medidas que no permitan las discriminaciones que sufren las mujeres por ser mujeres.

No se equivoquen, la discriminación de las mujeres, de todas las mujeres, no sólo de algunas, requiere de una voluntad política que tome medidas eficaces y penalice las desigualdades, siempre escuchado al movimiento feminista que lleva siglos trabajando por la igualdad de oportunidades, por una sociedad en la que las mujeres tengan voz, sean nombradas y puedan ser lo que deseen.

 

 

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5aa8560479efe..0-68-684-421Finalizamos un año con la satisfacción de ver que el movimiento feminista, hace unos años denostado y olvidado, está en la agenda mediática, política y social. Si hace apenas unos años definirse como feminista comportaba un cierto ‘riesgo’ de que se te mirara mal, en estos momentos hemos pasado al otro extremo, parece  que todas y todos somos feministas. Aun reconociendo lo mucho que se ha avanzado, pensar que una mayoría de la población es feminista no tiene mucho fundamento, si así fuera las desigualdades que sufren las mujeres no existirían.

Recordamos con emoción las movilizaciones del 8 de marzo, el morado era el color de las calles de muchas ciudades y desde entonces otras muchas movilizaciones han demostrado que el movimiento feminista no se va a callar, que seguimos adelante. 

La publicación de mi libro Caminado hacia la igualdad, un proyecto profesional, personal y político, coincidió con la celebración en Madrid del congreso GOBIERNO CORPORATIVO E IGUALDAD DE GÉNERO. Realidad y tendencias regulatorias actuales. El hecho de que el libro comenzara su andadura en este espacio de la mano de una mujer a la que admiro, Katharina Miller, fue una gran satisfacción personal.

En el citado congreso se analizó la situación de las mujeres en el ámbito judicial, en los órganos de dirección de las empresas, en la tecnología, en las finanzas, etc. También  se planteó cómo habían influido en otros países la imposición de cuotas para avanzar en la representación paritaria de mujeres en puestos de dirección. Las ponentes eran mujeres de un gran nivel profesional y comprometidas con la igualdad de oportunidades.

Algunos de los aspectos que se presentaron eran poco conocidos para mí, por ejemplo las altas finanzas me quedan muy lejos o la visión de una consejera delgada de una empresa que cotiza en bolsa, se aleja y mucho de mi trabajo cotidiano y de mi activismo feminista. Me muevo en un ámbito muy diferente al que pertenecían las profesionales que en el congreso analizaron  las políticas de igualdad en diversos países. Escucharlas me hizo pensar que, incluso teniendo interés comunes, como son reivindicar la igualdad de oportunidades para las mujeres o lograr la paridad, no parece que haya espacios de encuentro entre esas mujeres que desarrollan su trabajo a un alto nivel profesional y las que trabajamos más a ‘pie de calle’.

Como bien sabemos todo es relativo y a menudo nuestras perspectivas y formas de ver las cosas cambian en función de las circunstancias que vivimos. Unos días antes de asistir a dicho congreso participé en una jornada organizada por la Red Navarra contra la Pobreza y la Exclusión Social y tuve una experiencia similar pero al contrario. Me explico, intervine en la jornada como experta en igualdad de género analizando la situación actual y proponiendo políticas para avanzar en un modelo de sociedad diferente. En la mesa de debate que siguió participaron mujeres que trabajan en intervención con mujeres sin hogar, migrantes, familias monomarentales o mujeres con patología dual. Al escucharlas sentí que mi planteamiento había sido un poco teórico comparado con la realidad que ellas relataban. Vaya que si unos días antes me había sentido poco o nada teórica, en ese momento mi percepción cambio debido a las circunstancias y a las mujeres con las que compartí ese espacio de debate.

Cuento esto porque cada día soy más consciente de que las mujeres feministas, las mujeres que trabajamos por un cambio de sociedad, lo hacemos desde perspectivas diferentes y desde ámbitos diversos y si aunáramos esfuerzos el cambio sería más factible. Todas queremos que las mujeres dejemos de ser discriminada por el hecho de ser mujeres, denunciamos las violencias machistas, los abusos sexuales, la falta de mujeres en puestos de dirección en los partidos políticos, en los sindicatos, en las empresas, en las universidades, en el deporte, en la ciencia o en el cine. Sin embargo, muchas veces no conseguimos buscar puntos de encuentro para colaborar.

Cada una centramos nuestro esfuerzo en el ámbito de actividad que nos ha tocado vivir y actuamos como si los objetivos que perseguimos fueran los más importantes y como si los diferentes escenarios de discriminación de las mujeres fueran espacios estancos, que no tienen nada que ver entre sí, cuando la realidad es muy diferente. Juntas lograremos eliminar el sistema de dominación patriarcal.  

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eL LARGO CAMINO HACIA LA IGUALDADEs indudable que algo está cambiando en nuestra sociedad. Hemos visto que el movimiento feminista consiguió movilizar a miles de mujeres, que logró que en muchas ciudades el 8 de marzo el color morado inundara las calles, los mercados… Fueron muchas las mujeres que se unieron para reclamar ser ciudadanas de pleno derecho.

Las masivas manifestaciones del 8 de marzo pusieron de manifiesto que las mujeres no se resignan a ser discriminadas en el mercado laboral, a ser minusvaloradas e invisibilizadas en el día a día, a ser relegadas al espacio doméstico y de cuidados, a ser consideradas meros objetos en la publicidad, a sufrir todo tipo de violencias por el hecho de ser mujeres. Por ello, exigieron el fin de la discriminación laboral y salarial, reclamaron cambios legislativos para eliminar el rol de cuidadoras que aún pesa sobre las mujeres, exigieron medidas reales contras las violencias machistas, en definitiva, reclamaron un modelo de sociedad en el que la igualdad sea real.

El cambio que vimos el 8 de marzo lo refleja la encuesta de Demoscopia para ‘El Mundo’. La discriminación de género es vista como un problema por una amplia mayoría de la sociedad. Más del 75% de las personas  encuestadas  consideran que las mujeres sufren discriminación de género en el acceso a los puestos de dirección, tanto política como económica, en el salario o en las condiciones para compatibilizar trabajo remunerado y familia.

Que una amplia mayoría de la sociedad sea consciente de la discriminación de género es sin duda importante, pero llama la atención que aun siendo conscientes de este hecho y de señalar que en España las administraciones toman pocas medidas para favorecer la igualdad, sólo el 36,6% considera necesario penalizar a las empresas que no promuevan la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

A este respecto conviene recordar que las administraciones tienen la obligación de garantizar la igualdad de género. Veamos, la Constitución señala:

Art. 9.2. ‘Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.

Art. 14. ‘Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social’.

La «Ley orgánica 3/2007, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres«, incorpora al ordenamiento jurídico español dos directivas. La Directiva 2002/73/CE, que se refiere a la aplicación del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en cuanto al acceso al empleo, a la formación y a la promoción de profesionales, en condiciones iguales;  la  Directiva 76/207/CEE, el principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres al acceso a bienes y servicios y su suministros.

El Art. 11.1 dice: ‘Con el fin de hacer efectivo el derecho constitucional de la igualdad, los Poderes Públicos adoptarán medidas específicas en favor de las mujeres para corregir situaciones patentes de desigualdad de hecho respecto de los hombres. Tales medidas, que serán aplicables en tanto subsistan dichas situaciones, habrán de ser razonables y proporcionadas en relación con el objetivo perseguido en cada caso’.

Está claro que cuando se discrimina a las mujeres, cuando se las penaliza en el mercado laboral por razón de su género, se está incumpliendo la legislación vigente. ¿Por qué se teme penalizar a las empresas que no cumplan la ley? ¿Por qué tanta permisividad ante una clara vulneración de la legislación vigente cuando se trata de la igualdad de género?

En la citada Ley de Igualdad, incluso se contempla la posibilidad de adoptar medidas para corregir las desigualdades existentes, las acciones positivas. Se habla de las ‘mujeres cuota’ como si fuera una práctica habitual la implantación de acciones positivas, cuando la realidad es que raramente se aplican. Sin embargo, poco se comenta que las cuotas son una realidad, pero para los hombres. Ser hombre es una garantía para acceder a un puesto, con independencia de sus valía;  por el contrario una mujer tiene que demostrarla. ¿Por qué no se habla de los ‘hombres cuota’?

 

 

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 “Todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio

 que hasta hoy se ha hecho de los derechos

 naturales e imprescriptibles del ser mujer.

Flora Tristán

Vivimos tiempos revueltos, de conflictos y al mismo tiempo de esperanza. Estos últimos meses quienes nos definimos como feministas, quienes trabajamos para que la sociedad patriarcal desaparezca, nos hemos visto envueltas en debates que a veces no han aportado mucho, más bien lo contrario. Esto no debe ser visto como una traba, más bien como una esperanza, porque demuestra que el feminismo tiene influencia social y política. No tanta como sería necesaria y desearíamos, pero lo que es seguro es que el movimiento feminista no está dormido y que cada día es más activo proponiendo alternativas.

El movimiento feminista no es uniforme, ¿acaso alguna otra ideológica o movimiento social lo es? No importa la escuela de pensamiento o ideología que tomemos como ejemplo, siempre habrá divergencias que matizan la forma de alcanzar los objetivos que se proponen conseguir. No está justificado, pues, que se cuestione que el movimiento feminista está enfrentado, que no es uniforme, etc.

Para empezar, se habla mucho de feminismo en los últimos tiempos, pero no siempre quienes opinan y teorizan se ponen de acuerdo en cómo definir dicho concepto.

Comencemos analizando algunas definiciones:

Según la RAE: «Feminismo es una ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres».

Victoría Sau dice : “El feminismo, es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII -aunque sin adoptar todavía esta denominación- y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que ha sido y son objeto por parte del colectivo de los varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquélla requiera”.

Es evidente que la definición de la RAE se queda corta, pues si bien el movimiento feminista defiende la igualdad de derechos de mujeres y de hombres, no es sólo eso, implica mucho más, como dice Victoria Sau. Supone la toma de conciencia de las mujeres de que están siendo dominadas y explotadas por la sociedad patriarcal. El feminismo es un movimiento social que busca la igualdad entre los sexos, sí, pero esa igualdad no es posible dentro de los parámetros que aún predominan en la sociedad, en la que los hombres siguen teniendo el poder político, económico y social. El patriarcado, al imponer la división sexual del trabajo, ha logrado que las mujeres sean consideradas ciudadanas de segunda, siempre al servicio de los intereses de los hombres, que han tenido a lo largo de los siglos el poder de tomar decisiones por ellas.

El movimiento feminista no ha cesado de reivindicar el derecho a la participación política de las mujeres. Mary Wollstonecraft, en la obra «Vindicación de los Derechos de la Mujer», publicado en 1792, reclamaba el derecho a la educación de las mujeres. Afirmaba que las mujeres con educación podrían superar su subordinación, tener independencia económica. Podemos decir que el acceso a la educación de las mujeres se ha logrado, de hecho, en España, más del 61% de las personas que tienen licenciatura son mujeres. Pero, ¿podemos asegurar que las mujeres han logrado independencia económica, que han eliminado la dominación masculina? Sin caer en el derrotismo debemos decir que aún queda mucho camino por recorrer; que si bien las mujeres han logrado superar los retos en educación, los hombres siguen poseyendo el poder político y económico. Muchas mujeres se ven obligadas a seguir asumiendo los mandatos de género que la sociedad patriarcal les impone.

Siguiendo con la definición de Sau, el feminismo mueve a la acción para transformar la sociedad. Este es el punto fundamental, que debemos abordar. Los grandes logros del  movimiento feminista son más que evidentes, pero…

Las mujeres, sea cual sea su clase social, su color de piel, su orientación sexual, su etnia, el lugar del mundo donde vivan, están expuestas a sufrir discriminación laboral, salarial, en el deporte, acoso en la calle, en el trabajo, y están expuestas a ser violadas por los hombres que detentan el poder. Un claro ejemplo lo tenemos en las denuncias que las actrices de Hollywood  han hecho sobre el acoso, en muchos casos violación, que han sufrido por parte de Harvey Weinstein.

Lo más grave es que los abusos eran de dominio público, ¿cómo es posible que nadie apoyara a las mujeres que sufrían acoso? La actriz Emma Thompson ha calificado a Harvey Weinstein como un «depredador» y ha asegurado que el escándalo es solo la «punta del iceberg» de lo que sucede en Hollywood. Por el contrario, Oliver Stone declara que «no es fácil por lo que está pasando Weinstein«. Los «pactos entre pares» no se hacen esperar, me pregunto si a Oliver Stone le preocupa por lo que han pasado tantas mujeres durante varias décadas. Woody Allen ha declarado: «No quiero que conduzca a un ambiente de caza de brujas» y dice que «Todo el asunto es muy triste, para todos los implicados». Parece sentir tristeza por Weinstein, pero también es posible que sienta temor, de que de una vez por todas el mundo del cine deje de ser permisivo y salgan a la luz todos los casos de abuso. La Academia de Hollywood ha expulsado al productor, pero cuánto sufrimiento deja detrás.

Lo que sucede en Hollywood no es un hecho aislado, sucede en las universidades, en las empresas, en la vida cotidiana. Mientras el poder lo sigan detentando los hombres, las mujeres serán, potencialmente, objetos para uso y disfrute masculino. Por todo ello cabe preguntarse, ¿cuál es camino a seguir?, ¿qué hacer para transformar la sociedad? Es evidente que sin modificar el modelo actual de consumo y producción, sin modificar las estructuras sociales, hay pocas esperanzas para que las mujeres alcancen la igualdad de derechos y el feminismo tiene mucho que decir sobre los cambios sociales. Sin las mujeres, sin el feminismo no avanzaremos.

Volviendo a lo que decíamos al principio, el movimiento feminista es diverso, pone el acento en eliminar la discriminación salarial, en romper el techo de cristal, en visibilizar los avances de las mujeres, en denunciar la discriminación de las lesbianas, en reivindicar el derecho a ser madres o no serlo, en la corresponsabilidad en los cuidados… y un largo etcétera, de exigencias que se hacen a diario. Pero siempre que se busque liberar a las mujeres de los condicionantes que la sociedad les ha impuesto, todos los planteamientos feministas deben ser tenidos en cuenta. Lo importe, en este momento de cambio, es pensar en las reformas estructurales necesarias, no dejarse embaucar por cambios menores que, bajo la apariencia de avance, solo fomentan la permanencia de la sociedad patriarcal.

La revolución será feministas o no será

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Leo con asombro las declaraciones de la nueva directora del Instituto de la Mujer, Lucia del Carmen Cerón. Ocupa su cargo desde enero y la entrevista se realizó cuando se cumplen diez años de la Ley Orgánica para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres.

 

Sobre el Instituto de la Mujer

No está de más recordar que el Instituto de la Mujer (IM), fue creado en 1983 como Organismo Autónomo del Ministerio de Cultura, siendo su primera directora Carlota Bustelo García del Real, que ocupó su cargo hasta 1988. Desde marzo de 2008 el IM formó parte del Ministerio de Igualdad. En noviembre de 2010, se suprime la Secretaría General de Políticas de Igualdad y el Instituto queda adscrito al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.

En 2011 pasa a depender del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad,  se crea la Dirección General para la Igualdad de Oportunidades, cuya directora, Carmen Plaza Martín, asume las funciones de directora del IM.

En 2014 se acuerda la integración de las competencias de la Dirección General para la Igualdad de Oportunidades dentro de los cometidos y estructura del Instituto de la Mujer, que pasa a denominarse “Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades».

La Ley 16/1983, de 24 de octubre, de creación del Organismo Autónomo Instituto de la Mujer, en el artículo segundo señala:»El Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades tiene como finalidad primordial la promoción y el fomento de las condiciones que posibiliten la igualdad social de ambos sexos y la participación de la mujer en la vida política, cultural, económica y social, así como la prevención y eliminación de toda clase de discriminación de las personas por razón de nacimiento, sexo, origen racial o étnico, religión o ideología, orientación o identidad sexual, edad, discapacidad o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».

Algunas de las declaraciones de Lucia del Carmen Cerón

Leyendo la entrevista de la directora, cabe preguntarse si no se ha leído la citada Ley porque, lo que es evidente, es que sus ideas sobre igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres están obsoletas; suelta ideas, cosas que ha oído, pero cuando las desarrolla aún es peor, pues su argumentación carece de fundamento.

Dice: «La ayuda del marido o la pareja es casi nula», “Por esto la mujer busca ese trabajo temporal, pequeño para ser una ayuda a la carga familiar”. Vaya, pensaba que el concepto de que el «hombre ayuda» o que el sueldo de las mujeres es una «ayuda» estaba superado. Hablar de esta manera supone seguir pensando en un modelo de familia de «hombre proveedor», «mujer dependiente».

Respecto a la violencia de género dice Lucia del Carmen Cerón: «Es el peor síntoma de desigualdad entre un hombre y una mujer. Que alguien acabe con la vida de una persona, por celos, por sentimientos… por no sé qué. Es un no sé qué mal entendido. Estamos trabajando». Pues ya podemos estar tranquilas las mujeres, están trabajando, pero si considera que los asesinatos machistas son consecuencia de los celos, de sentimientos, de no sabe qué, asusta pensar qué van a hacer.

Cuando habla de la Ley de Igualdad dice:

  • «Efectivamente, los planes de igualdad son obligatorios, es decir, tienen que existir sí o sí en las empresas de más de 250 empleados. Lo que pasa es que hay muchas empresas que son PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas), con un número de trabajadores mucho menor y que nos están pidiendo apoyo para implantar esos planes de igualdad».
  • «Todas esas son cuestiones políticas para seguir adelante. En estos momentos la Ministra [Montserrat] está trabajando en el Currículo Ciego, que va dirigido a las empresas, a todas ellas. Tuvimos una primera reunión para determinar grupos de trabajo y vinieron más de 100 empresas. ¡Fíjese la implicación de las empresas!».
  • «Las empresas, muchísimas, establecen y aplican esos planes de igualdad. Lo que no hacemos, y que intentaremos subsanar, es un seguimiento de esas empresas. De cómo se imponen esos planes de igualdad. Esto es importante. Pero que la mujer de ciencias, física, química, tenga que conseguir llegar a una empresa, también es importante. ¿Que por qué nos cuesta? Pues porque nos cuesta. No le puedo dar una explicación. Cada uno tenemos en nuestra casa determinadas costumbres ¡Y lo que cuesta cambiar una costumbre!»

Respecto al primer párrafo la directora debe recordar que han suprimido las subvenciones a las PYMES para realizar Planes de Igual, ¿cuál es la ayuda que piensan prestar? La segunda cuestión, pensar que el Currículo Ciego va a ser la panacea para eliminar la discriminación, en fin, esperemos que piensen en alguna medida más. La directora está asombrada de que 100 empresas asistieran a una reunión y considera que por ese hecho están implicadas. Recordemos que hay cerca de seis millones de empresas en España. Mejor no comentar. Y eso de que «las cosas cuestan, porque cuestan», pensamiento profundo.

Cuando habla de los Planes de Igualdad, supongo que sabe Lucia del Mar Cerón, que muchas de las empresas con una plantilla de 250 trabajadoras/es no cumplen con la Ley, y en muchos casos cuando los elaboran, se ve que poco les importa la igualdad de oportunidades, se limitan a cumplir la ley. Basta analizar algunos Planes de Igualdad para comprobarlo.

Podría seguir analizando cada frase de la directora, pero creo que este relato sirve para estar alerta sobre las medidas que se tomen.

 

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El futuro es feministaEl comienzo de cada año siempre nos lleva a la idea de recapitular y analizar lo que fue el año que termina, así como manifestar cuáles son los propósitos para el que comienza, las ideas de cambio, etc. Casi siempre esos deseos o propósitos se quedan en buenas intenciones, pero nos sirven para reflexionar, para hacer balance y esto es importante, pues, ¿quién no  ve necesario hacer modificaciones en su vida cotidiana, cambiar algunos hábitos? Esto lo solemos hacer en lo personal, pero también en lo profesional, en todo aquello que afecta a nuestro día a día.

Como «lo personal es político«, difícilmente se pueden separar los deseos y propuestas personales de lo que deseamos en lo profesional y social, principalmente, de aquello por lo que trabajamos, sea o no de forma remunerada y que afecta a nuestra vida como mujeres. Si en 2016  no tuvimos mucho que celebrar,  2017 ha comenzado muy mal. Dos mujeres han sido asesinadas en los primeros días del año por el hecho de ser mujeres, porque los hombres siguen considerándose con derecho a decidir sobre su vida, sobre su cuerpo.

Las agresiones machistas continúan casi a diario. Una mujer fue empujada por su pareja por el balcón, estaba embarazada, un hombre se encuentra grave por defender a su cuñada de la agresión de su expareja. Otro hombre intentó violar a una mujer en la calle…

La violencia machista está tan presente en nuestra vida cotidiana que pasa desapercibida para la mayoría de la sociedad. Las mujeres son objeto de deseo y por eso se banaliza aquello que hacen y se ve normal que se hable de cómo van vestidas o peinadas. Titulares  como «los vestidos de las campanadas«, «la presentadora más guapa de la TV sin maquillaje«, los vemos en la prensa con frecuencia, como si las mujeres que presentan un informativo o un programa de entretenimiento tuvieran que ser necesariamente bellas para realizar bien su trabajo. Estos titulares nunca se refieren a los presentadores hombres. ¿Por qué? ¿Es que ellos son bellos por naturaleza o son buenos profesionales por el hecho de ser hombres?

Hay una cuestión que merece la pena señalar, el Instituto de la Mujer  «ha suspendido todos los procedimientos de la convocatoria de subvenciones para los postgrados de Estudios de Género y realización de actividades en el ámbito universitario relacionadas con la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres», esto lo leo en el muro de Mar Esquembre en Facebook. Como bien dice, no es fácil encontrar esta información. Aquí se puede acceder a ella.

¿Cómo es posible que la formación en Igualdad de Género tenga tan poca importancia para la Ministra, cuando las asociaciones de mujeres demandan formación en igualdad en diferentes ámbito: judicial, sanitario, académico, etc.? Hemos visto en estos días que el magistrado Antonio Salas  pone en duda que el machismo esté detrás de la violencia de género, que ésta es consecuencia de la maldad humana y de la diferencia en la fuerza física. El catedrático Santiago Romero ha sido condenado por abusar sexualmente de tres profesoras. Eran amenazadas con la pérdida de su plaza, con boicotear sus trabajos de investigación o impidiéndoles leer su tesis doctoral. Además, les obligaba a citarle como coautor en sus publicaciones aunque no hubiera participado en las mismas. Los hechos ocurrieron entre 2006 y 2010 y ha seguido impartiendo sus clases.

Casi a diario vemos imágenes en la prensa ofensivas para las mujeres y vimos cómo TVE, financiada con dinero público, abría su programa de fin de año con un cantante reprobado por personas y asociaciones, porque sus canciones eran claramente machistas.

Pero lo más preocupante es que la nueva ministra de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad (sólo si le queda tiempo para esto último, como escuché decir a una presentadora de tv), no se haya manifestado ante los casos de violencia machista y además deje sin subvenciones los estudios de género.

Mucho no tenemos que celebrar las mujeres este comienzo de año, pero esto no quiere decir que tengan la batalla ganada quienes excluyen a las mujeres, quienes tienden a minimizar sus logros y pretenden que sigan siendo monedas de cambio para una sociedad patriarcal y machista,. Hoy muchas mujeres no se resignan a ser utilizadas y menospreciadas y exigen sus derechos en todos los espacios, y son muchos las organizaciones que cada día reivindican la paridad en todos los espacios de poder o toma de decisiones, porque, como dice Victoria Camps, en el prologo de «El siglo de las mujeres»:

«El siglo XXI será, sin duda, el siglo de las mujeres; ya nadie detiene el movimiento que ha supuesto la mayor revolución del siglo XX. La paridad entre el hombre y la mujer es una realidad en muchos ámbitos; pero, aunque la igualdad conseguida es bastante satisfactoria, aún hay muchos obstáculos para una igualdad aceptable. Habría que destacar dos: la discriminación que sigue sufriendo la mujer en la vida privada y en la que, además, se mantiene una división del trabajo muy tradicional; por otro lado, el acceso de la mujer a cargos y puestos de mayor responsabilidad avanza con excesiva lentitud». 

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La Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles por nacimiento y Adopción, PPiiNA, hace un llamamiento a los partidos políticos y a la sociedad en general para alertar de que nos encontramos en un momento crítico. El Pleno del Congreso aprobó el 18 de octubre una Proposición No de Ley, PNL, instando al gobierno a que se igualen los permisos de maternidad y paternidad.

PPiiNA

No es la primera vez que los grupos parlamentarios asumen que los permisos de maternidad/paternidad deben ser iguales, intransferibles y pagados al 100%.

En 2012 en la Comisión de Igualdad aprobó por unanimidad una PNL en la que se instaba al gobierno a “avanzar hacia la equiparación de los permisos de nacimiento, adopción y acogimiento entre ambos progenitores de forma que ambos cuenten con el mismo período personal e intransferible, eliminando las disfunciones existentes en la legislación actual al respecto y, singularmente, evitando la subrogación de derechos que han de ser individuales.

Sin embargo no se deciden a llevar al Pleno del Congreso la Proposición de Ley, PL, que la PPiiNA tiene elaborada y lista para su aprobación.

¿Por qué esta resistencia a poner en macha una medida que admiten es necesaria para avanzar en igualdad?

La propuesta de la PPiiNA tiene una gran aceptación social. El pasado mes de septiembre se presentó a la prensa una carta firmada por más de 150 personas de relevancia política y social urgen al Congreso a afrontar los retos sociales; alertan de las graves consecuencias que tendría la reforma del sistema de permisos propuesta por Ciudadanos; y exigen la equiparación del permiso de paternidad al de maternidad, ambos totalmente intransferibles y pagados al 100%.

Puedes leer el comunicado de la PPiiNA aquí. si consideras que los permisos de maternidad deben ser iguales, intransferibles y pagados al 100%, difunde este comunicado.

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