«La mayoría de los españoles apoya la maternidad subrogada» dice un titular de la Cadena Ser en base a una encuesta realizada por el Observatorio de la SER. El hecho de hablar de maternidad subrogada sin cuestionar este término supone ya aceptar una práctica que como mínimo es polémica.
La RAE define subrogar como:
«Sustituir o poner a alguien o algo en lugar de otra persona o cosa». Es decir, hablar de maternidad subrogada implica que alguien sustituye a la madre. Pero quienes defienden que debe legislarse a favor, consideran que la mujer que gesta no es madre. ¿Qué se sustituye entonces? ¿Qué es la mujer que gesta, una mera portadora?
Pero vayamos por partes, la primera pregunta hace referencia a si se tiene una opinión formada sobre la maternidad subrogada. Según la encuesta el 59,3% está de acuerdo con ello. Si tuviéramos que tener en cuenta dicha encuesta faltarían datos desagregados por sexo.
La segunda pregunta es claramente tendenciosa, pues pregunta: «La maternidad subrogada es una práctica por la cual una mujer ayuda a una persona o pareja a tener un hijo, aceptando que se le transfiera a su útero un óvulo previamente fecundado, gestándolo a término, pariéndolo y renunciando a la filiación materna». ¿En qué medida apruebas o no la maternidad subrogada?
Al explicar qué es la maternidad subrogada, dice que es: «una práctica por la cual una mujer ayuda a una persona o pareja a tener un hijo». Se olvida la encuesta de señalar que la mujer que presta su útero, su cuerpo, recibe una compensación económica a cambio y tampoco explica que las mujeres que se someten a este procedimiento son sometidas previamente a todo tipo de análisis. No olvidemos que ‘quien paga manda’ y como compran un producto (un hijo o una hija), quieren que sea perfecto.
Para que quede más claro, las mujeres, cuando firman el contrato y se quedan embarazadas, viven aisladas y hacen dejación de su derecho a cambiar de opinión, a abortar, etc.; o son obligadas a abortar si en el feto se detecta algún problema. Si a pesar de todos los controles, la criatura nace con alguna deformidad la persona que contrata puede no hacerse cargo de ella.
Sí, ya sé que se puede argumentar que no se pueden explicar tantas cosas en una encuesta, pero lo que nunca se debe hacer es orientar la pregunta para obtener un determinado resultado, que es lo que pasa con la pregunta en cuestión.
Se explica también en la encuesta que la madre gestante renunciará a la filiación materna. En este punto me remito a lo que señala Mar Esquembre Cerdá: «en nuestro ordenamiento jurídico, está claro que la filiación materna se determina por el parto o, dicho en otras palabras, madre es la que ha parido«. ¿Cómo se puede forzar a una persona a renunciar a sus derechos?
Como ya he señalado en otras ocasiones, los deseos no son derechos, y legalizar esta práctica atenta contra los derechos de las mujeres, al considerarlas meros recipientes para satisfacer el deseo de otras personas.