En los últimos tiempos se reivindica desde las empresas, las organizaciones empresariales, en congresos, etc., que no se puede desperdiciar el talento femenino, se habla de la diversidad de género, de que el liderazgo femenino es un plus para las empresas, en fin, una larga lista de ideas que parecen potenciar la igualdad efectiva de mujeres y hombres en el trabajo remunerado.
La exvicepresidenta del Gobierno y actual miembro del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega, decía hace unos días “ni España ni el mundo pueden permitirse desperdiciar el talento de tantas y tantas mujeres».
La secretaria de la Mujer de CCOO, Antonia Martos, denunció durante el I Congreso de Empleo e Igualdad que tan sólo el 12 por ciento de las empresas obligadas por ley a elaborar planes de igualdad lo hacen. Recordemos que la Ley Orgánica 3/2007 en el Capítulo III, artículo 45, señala la obligación de la elaboración y aplicación de planes de igualdad en las empresas de más de 250 empleadas/os. La elaboración e implantación de planes de igualdad será voluntaria para las demás empresas.
Me parece especialmente preocupante lo que dice Antonia Martos: «Los empresarios entienden que el diagnóstico lo hacen ellos y no reconocen el papel fundamental que debe jugar la Comisión paritaria entre empresa y representación sindical”. Para que los planes de igualdad cumplan el objetivo previsto, eliminar las desigualdades existentes, es fundamental que el diagnóstico sea elaborado con realismo, que sirva para detectar las necesidades reales de cada empresa, pues sólo así se puede decidir qué medias son las más adecuadas para que mujeres y hombres tengan las mimas oportunidades en el acceso, la promoción, la formación, etc. Es decir, se debe tener en cuenta a la comisión de igualdad.
La figura de la/el agente de igualdad puede ser fundamental en las empresas para la elaboración, el seguimiento y la evaluación de los planes de igualdad. Una persona con formación en igualdad podría ser la clave para que dichos planes sean efectivos y cumplan los fines para los que fueron planteados.
Los planes de igualdad se han considerado muy importantes para lograr la igualdad en el empleo. Es fundamental que las empresas cumplan con la normativa vigente y tomen las medidas necesarias para eliminar las desigualdades que siguen existiendo.