El 19 de marzo se celebra el Día del Padre, que coincide con la celebración del día de San José, fiesta claramente religiosa que con el tiempo ha ido cambiando de significado. En estos momentos, en que la idea del padre todo poderoso ya no se sostiene, es importante reivindicar el Día del Padre Igualitario.
Para conmemorar este día se ha celebrado un acto en Madrid para reivindicar el derecho de los padres de disfrutar de sus hijas e hijos desde el momento del nacimiento. Ha sido organizado por la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE); StopMachismo y Red de Hombres por la Igualdad, con la participación de la la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de nacimiento y adopción (PPiiNA).
Como defiende la PPiiNA, mientras los permisos de maternidad/paternidad no sean iguales y pagados al 100%, será imposible que los padres se comprometan en el cuidado de hijas e hijos desde el momento del nacimiento. Esto es imprescindible para lograr la igualdad real, para eliminar las barreras que, por el hecho de ser madres, tienen las mujeres en su carrera profesional.
Algunas opiniones escuchadas en el acto señalado
Ver a un grupo de hombres planchando en una plaza llama la atención y las personas que se acercan y preguntan «de qué va esto», tienen reacciones muy diferentes. Una pareja con una niña y un niño, de alrededor de 10 años, estaban comentando el juego de la oca para fomentar la corresponsabilidad en la casa, poniendo de manifiesto lo que ellas/os hacían en la suya. Les extrañó que el juego hablara de la corresponsabilidad en la familia cuando el acto era para reivindicar la corresponsabilidad entre mujeres y hombres.
Este comentario sirve para explicar que mientras los padres no se impliquen en las tareas de cuidado (casa, familia), es difícil que los roles de género desaparezcan. Pensemos cuánto va a tardar un niño en decir que él no friega, que su padre no lo hace. O cómo una niña se va a cuestionar que es obligación suya hacer las tareas de la casa si siempre es su madre quien las realiza.
Se acercaron también dos parejas de mediana edad y al intentar explicarles nuestra reivindicación, uno de los hombres contestó que todo eso estaba muy bien, pero que dependía de lo que los hombres quisieran ayudar. Dejando a un lado otras lindezas que decía, me paro en el tan manido «ayudar». Si un hombre ayuda en la casa, se presupone que la obligación de las tareas le corresponden a la mujer, es decir, él tiene a bien realizar algunos de los trabajos de la casa, pero no está obligado.
Ese no es el mensaje del Día del Padre Igualitario, que la Agenda de Hombres por la Igualdad estableció entre los aspectos a desarrollar.
La corresponsabilidad implica que las mujeres tienen derecho a un trabajo digno, sin que las empresas las penalicen por ser mujeres y más aún si son madres. Supone que los hombres tienen derecho a disfrutar de sus criaturas desde el momento del nacimiento y para ello a tener un permiso de paternidad de la misma duración que el de maternidad. La sociedad evoluciona, ¿por qué no lo hace en la misma medida la legislación que permitiría que se compartiera el trabajo de cuidar?
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