La CEOE, en el informe «Perspectiva empresarial sobre la conciliación de la vida laboral y familiar» se posiciona, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, contraria a que aumente el permiso de paternidad, lo que no sorprende demasiado. Siendo sus directivos hombres que detentan el poder no podía ser de otra manera. No pueden aceptar que una medida que facilite la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres se ponga en marcha. Se olvidan de que el modelo de sociedad hombre sustentador/esposa dependiente está obsoleto y que lo que hoy se demanda es que todas las personas sean económicamente solventes y que se corresponsabilicen de las tareas de cuidado por igual.
Dicen los poderosos hombres de la CEOE, haciendo alusión al aumento a cuatro semanas del permiso de paternidad, que: «El objetivo (de la conciliación) no puede ser que los hombres abandonen o limiten su participación en el mercado laboral para facilitar la participación femenina». No les vendría nada mal a los directivos de la CEOE leerse la Proposición de Ley de la PPiiNA, para que se hagan una idea de que quienes defendemos que los permisos de maternidad/paternidad deben ser iguales, intransferibles y pagados al 100% no pretendemos que los hombres abandonen el mercado laboral, faltaría más, lo que proponemos es que los hombres se impliquen en el cuidado de sus criaturas desde el momento del nacimiento y que las mujeres dejen de ser discriminadas por ser madres.
La CEOE debería preocuparse más bien por eliminar la discriminación que sufren las mujeres por el hecho de ser madres o por el hecho de que puedan serlo, lo que se llama discriminación estadística. La citada organización debería tener en cuenta lo que dice Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico: «La desigualdad de género priva al mundo de un enorme recurso de talento sin explotar en un momento en que es tan importante para abordar los enormes desafíos y las fuerzas disruptivas que enfrentamos».
La CEOE dice que no es positivo reducir la jornada laboral de las madres y de los padres para cuidar de la familia, por supuesto que no, más adecuado sería jornadas más cortas para todas las personas. Sorprende que la CEOE no se haya preocupado por el hecho de que las mujeres se ven obligadas a abandonar su carrera profesional, total o parcialmente, tras las 16 semanas del permiso de maternidad para cuidar de sus hijas e hijos, pero cuando los padres se ausentan del mercado laboral cuatro semanas se inquietan. ¿Será que temen que con la ampliación del permiso de paternidad la masculinidad hegemónica pierda posiciones? Resulta curioso que cuando los hombres comienzan a disfrutar de cuatro semanas de permiso de paternidad, que se lo toman en torno al 80% de los padres, los directivos se ven en la necesidad de posicionarse en contra.
Proponen en el citado informe ‘una mayor infraestructura pública de servicios de atención a niños y mayores dependientes y la implantación de ayudas, subsidios y otros beneficios orientados a las familias y que los horarios de estos centros sean flexibles’. Escuelas infantiles de cero a tres años, a precios asequibles, y servicios de calidad para las personas dependientes, son evidentemente imprescindibles, pero la propuesta de la CEOE de ampliar y flexibilizar los horarios de escuelas infantiles y centros de atención a la dependencia, parece más una medida orientada a facilitar la plena disposición para el trabajo remunerado que facilitar que mujeres y hombres puedan compatibilizar trabajo remunerado, trabajo doméstico y desarrollo personal. Se olvida la CEOE que los cambios de horario son perjudiciales para todas las personas, y no hablemos ya de niñas y niños o personas mayores, para quienes es fundamental una cierta rutina en los horarios y actividades cotidianas. No se trata de ampliar horarios, más bien se trata de que los horarios laborales se adecuen a las necesidades de las personas.
Ofende leer en el citado informe conceptos como ‘corresponsabilidad’ o ‘igualdad de género’, cuando las medidas que se proponen están completamente alejadas de lo que estos términos significan. Jugar con las palabras sólo sirve para justificar su apuesta por el libre mercado y la ampliación de beneficios económicos, para ellos prioritario. Esto se ve claro si analizamos otra de sus propuestas: mejorar la fiscalidad del segundo sustentador familiar o, lo que es lo mismo, mayores ventajas para la tributación conjunta. María Pazos Morán[1] señala al respecto: «La declaración de la renta conjunta es un estímulo para que las mujeres sigan en los hogares». Medidas como ésta dejan clara la idea que subyace en el informe.
Hablar de conciliar la vida laboral, personal y familiar es en estos momentos algo vacío si no se contempla la perspectiva de género, es decir, si no se tiene en cuenta que las mujeres están en posición de desventaja, que los roles y estereotipos de género están influyendo en cómo se posicionan mujeres y hombres en la sociedad actual. Mientras la brecha salarial de género sea una realidad, mientras el acceso a puestos de alta dirección sea un ‘techo de cristal’ para la mayoría de las mujeres, mientras las ocupaciones que en mayor medida realizan las mujeres sean menos valoradas que las que de forma habitual realizan los hombres, la conciliación seguirá siendo cosa de mujeres.
Tal vez sea eso lo que, con subterfugios, quiera la CEOE. Pero se olvidan de que las mujeres no vamos a conformarnos con medias tintas, que queremos ser trabajadoras con plenos derechos y no vamos a permitir que nos vengan con trampas para que sigamos desempeñando esas funciones que a ellos no les gusta.
[1] Autora de «Desiguales por Ley», Editorial, Catarata
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